Real Cédula del 28 de febrero de 1789: Comercio de los esclavos

Escena de esclavos siendo introducidos en una embarcación negrera en algún lugar de las costas africanas con destino a América. (Peter Newark American Pictures)

La Real Cédula del 28 de febrero de 1789 fue puesta en vigencia por el rey de España Carlos IV con motivos de animar la agricultura y el comercio en algunos lugares del Imperio Español. Se pretendía aumentar la mano de obra, muy necesaria para las fincas y plantaciones agrícolas. En ese entonces la economía giraba entorno a la agricultura. En este artículo nos enteremos de los lugares donde se aplicaba, quiénes se beneficiaban, la forma que animaría la economía, cómo se llevó acabo en Santo Domingo, otras Reales Cédulas emitidas con la finalidad de ampliar los lugares en los que inicialmente se aplicaba la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 y una la muestra de la Real Cédula del 22 de abril de 1804 en la que hace mención de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 y partes de otras Reales Cédulas relacionadas.

Lugares donde se aplicaba en el Imperio Español

Lo resaltado en rojo era el Imperio Español. (Ostiudo)

La Real Cédula del 28 de febrero de 1789 se hizo con miras a mejorar la agricultura y el comercio en varios lugares del Imperio Español. Por ello, sitios como México, Lima y otros no figuraron entre los sitios a ser beneficiados en esta Real Cédula. En Reales Cédulas posteriores se expande hasta incluir toda la parte del Imperio Español en América. Los únicos lugares en los que la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 se permitía la introducción de nuevos esclavos eran los siguientes.

  • Virreinato de Santa Fé (Nueva Granada)
  • Virreinato de Buenos Aires
  • Capitanía General de Caracas
  • Capitanía General de Santo Domingo
  • Capitanía General de Cuba
  • Capitanía General de Puerto Rico

En la actualidad estos lugares se encuentran en estos países y/o territorios en América Latina.

  • Colombia
  • Argentina
  • Venezuela
  • República Dominicana
  • Cuba
  • Puerto Rico

Aunque lo establecido por la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 aplicaba a todos estos sitios, parece que el sitio que se benefició más fue Venezuela, los alrededores de Caracas en específico. Esto se evidencia en el libro «The Present State of the Spanish Colonies» de William Walton publicado en 1810, a 21 años después de ponerse en vigencia la susodicha Real Cédula y la puesta en vigencias de Reales Cédulas posteriores en beneficio de la trara negrera en todo el Imperio Español en América.

William Walton; «The Present State of the Spanish Colonies», Vol II, 1810; p 143.

«La proporción mayor de esclavos africanos se encuentran en las provincias orientales (Caracas) y en aquellas con las que hacen fronteras, en las cuales la población es como sigue: 10% blancos, 15% esclavos, 20% los descendientes de los esclavos emancipados y las mezclas, y 45% indígenas. En las demás provincias los esclavos tienen una presencia mucho más reducida».

Tomando en cuenta los países la actualidad, la mayoría de los esclavos en la América española estaban en Venezuela y la costa Caribe de Colombia por su vecindad. En el resto de la América española, incluyendo las islas caribeñas de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo; la presencia de los negros era muy pequeña con los blancos y mezclados en las islas y añadiendo a los mestizos e indígenas en el continente siendo una mayoría aplastante dependiendo del lugar.

Beneficiarios españoles y extranjeros

Escena de una plaza en algún pueblo del Imperio Español, en la actual América española o Hispanoamérica.

Los beneficiarios de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 serían los españoles y los extranjeros.

Juan Garrido nació en las alrededores de Guinea, en África, era negro por completo y logró convertirse en español e incluso fue uno de los conquistadores españoles en América. Vivió por un tiempo en Santo Domingo y otros lugares, aunque la muerte lo encontró en México donde tenía a una mujer mexicana como su esposa y había procreado varios hijos con ella. Ser africano y negro de origen no era un impedimento para convertirse español en pleno siglo XVI.

Con los españoles se refiere a todas las personas libres que no eran extranjeras avecindadas en estos lugares del Imperio Español. De aquí se desprende el hecho que entre los dueños de los esclavos habían mulatos e incluso algunos negros libres, siempre y cuando eran españoles. Esto puede contrariar lo que muchos piensan de la misma forma que la idea común de lo que fue un conquistador español en el siglo XVI era un hombre blanco y no un conquistador como Juan Garrido. Este señor no solo era negro, sino nacido y criado en África. No obstante a ello se pudo convertir en español y fue uno de los tantos conquistadores de América, muriendo en el actual México. Igual, en los siglos siguientes se promulga la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 y se produce la primera constitución de España de 1812 en la cual para definir quién es español no hay mención de color o raza. Tanto anterior a la promulgación de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 como posterior, los mulatos y los negros podían ser españoles si cumplían con unos pocos requisitos. Los blancos no eran los únicos españoles, un hecho que contrasta con las de otras nacionalidades europeas como la inglesa o francesa en las que era imposible que un africano de origen o un negro (sin incluir a los mulatos) pudiera ser miembros de esas nacionalidades.

Francisco Menéndez había nacido para 1700 en Gambia, en la costa oeste de África, y terminó como esclavo en el actual Estados Unidos. A pesar que era africano, negro y esclavo; huyó por su libertad a lo que entonces era territorio español, la península de La Florida. Allí fue líder de la milicia de morenos libres de las fuerzas armadas españolas en el Fuerte Mosé del pueblo de San Agustín, el primer pueblo europeo fundado en América del Norte. En el mismo siglo que se promulga la Real Cédula del 28 de febrero de 1789, Francisco Menéndez se convierte en español. Su origen, su raza y su color no fue impedimento alguno para los españoles aceptarlo como uno de ellos. (ABC)

Con los extranjeros se limitaba para incluir a los extranjeros que fungían de comerciantes en las embarcaciones negreras a unos de los puertos en estos lugares del Imperio Español. Los extranjeros avecindados en estos lugares del Imperio Español no gozaban de la misma gracia. Así los extranjeros en embarcaciones eran permitidos atracar en los puertos marítimos en tierra española y vender a los esclavos en los susodicho pueblos solo a los españoles.

La forma que animaría el comercio

Una de las monedas que se usaba en el Imperio Español durante la promulgación de la Real Cédula de 1789. (https://depaulas.com/blogs/knowledge-center/77053187-a-crash-course-on-treasure-coins)

El propósito de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 era animar la agricultura y el comercio, que estaba muy deprimido en los lugares del Imperio Español en donde era de aplicarse. Esta animación de la agricultura y el comercio se produciría al flexibilizar la adquisición de los esclavos, los cuales serían dedicados a las fincas agrícolas cuyos frutos serían exportados y vendidos. La flexibilización de la adquisición de los esclavos incluía la eliminación del pago de todo impuesto aduanal por un tiempo determinado, lo que se traduciría a un menor costo para los compradores de los esclavos. Al reducirse el precio de cada esclavo, aumentaba la cantidad de personas que pudiera comprar uno (o varios) esclavos y dedicarlo(s) a la producción agrícola de su propiedad. Esta gracia se aplicaba tanto a los españoles como a los extranjeros por un periodo de 6 años. Es oportuno señalar que en Santo Domingo esta gracia se aplicó por cinco años y no porque así lo estipulaba la Real Cédula.

Otro detalle que incluía la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 era que se limitaba a la adquisición de personas que habían nacidos como esclavos y hablaban español. Posteriormente se emite la Real Cédula del 24 de enero de 1793 en la que se abría para incluir aquellos captados en África e incluso, el establecimiento de lugares españoles en África para captar y suplir nuevos esclavos al Imperio Español.

Su efecto en Santo Domingo

La parte española de Santo Domingo y su economía en el siglo XVIII. (Modificación de un trabajo de Roberto Cassá)

Si bien la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 se aplicó en varios lugares incluyendo a Buenos Aires en un extremo, ciertas circunstancias hicieron que no tuviera los mismos efectos en todos los sitios. Mientras lugares como Puerto Rico y Cuba se mantuvieron en efecto la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 por más tiempo y esto tuvo un aumento notable de los negros, Santo Domingo no se benefició a la misma magnitud de esta Real Cédula.

Una de las razones principales fue el surgimiento de los disturbios en la parte francesas de la isla en 1791, que se agudizó hasta terminar con la independencia de Haití en 1804.

La otra razón fue la cesión a Francia de la parte española de la isla en 1795. Esto significó que la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 dejaría de tener efecto en Santo Domingo, si bien seguía en efecto en los otros sitios del Imperio Español. Contrario a los otros lugares que se beneficiaron por mucho más tiempo, Santo Domingo tuvo en vigencia esta Real Cédula por 6 añitos y encima de ello, fueron años muy inciertos en donde la despoblación de varias familias completas con sus esclavos, que era la parte más últil de todas sus posesiones, se acrecentó.

A partir de 1795 comienza un proceso de despoblación de Santo Domingo. En un principio era organizado y consistía de elementos ligados al gobierno español, el poder eclesiástico representado por la iglesia Católica y los militares españoles (naturalmente incluían a mulatos y a negros). Además, el gobierno español facilitaba a cualquier dominicano que no quería vivir bajo el mando francés a trasladarse con sus muebles, utensilios y esclavos libre de impuestos por dos años a cualquiera de los otros puntos del Imperio Español. La mayoría de los que se fueron prefirieron a Puerto Rico, Cuba y Venezuela. Luego, con la invasión de Toussaint Loverture en 1801, se acelera mucho más el proceso de emigración tomando un carácter de fuga que de una emigración ordenada.

Por tanto, el efecto de por un lado el incremento de los esclavos y por el otro una reanimación de la agricultura y el comercio dominicano, no pudo ser total por las interrupciones de las condiciones dadas en Santo Domingo para ese momento. Esto fue fruto de su vecindad a la parte francesa, luego la cesión del territorio español a Francia y por último la primera invasión haitiana en nombre de Francia. Cuatro años más tarde se produce la segunda invasión haitiana, esta vez liderada por Jean Jacques Dessalines, lo que fue la más sangienta y desastroza de todas las invasiones haitianas y que no hizo más que acrecentar el deseo de muchos de los dominicanos de irse de la isla para siempre. La parte española de Santo Domingo que era una tierra con abundancia agrícola y fertilidad, una belleza natural extraordinaria y un clima perfecto, en poco tiempo se convirtió en tierra de mucho dolor, sufrimiento y tristeza.

Las Reales Cédulas posteriores

Todas las Reales Cédulas se hacían por el rey de España en Madrid.

Si bien no todas estas Reales Cédulas tuvieron efecto en Santo Domingo (la Real Cédula del 22 de abril de 1804 de la que se citan los aspectos de la Real Cádula del 28 de febrero de 1789 y posteriores, se promulgó en un año cuando Santo Domingo ya estaba en su Era de Francia; por ejemplo), enlisteremos solo aquellas que tienen que ver con la extensión a puertos adicionales del Imperio Español estas gracias a la importación y ventas de los esclavos.

  • Real Cédula del 14 de enero de 1794: Se expande para incluir el puerto de Montevideo en el actual Uruguay.
  • Real Cédula del 23 de marzo de 1794: Se habilita para el comercio de esclavos a el puerto de Manzanillo en Bayamo, Cuba.
  • Real Cédula del 21 de mayo de 1795: Se expande a incluir el Virreinato del Perú con la limitación que esto se podía hacer en solo dos puertos, Callao y Palta. Nótese que en este año se firmó la cesión de Santo Domingo a Francia en el Tratado de Basilea.
  • Real Cédula del 12 de abril de 1798: Se extiende a dos años la gracia de importar esclavos el Virreinato del Perú, Virreinato de Buenos Aires y el presidente de Chile.
  • Real Cédula del 15 de abril de 1803: Se habilitan más puertos en el Imperio Español para comercializar con esclavos y estos son Valparaiso (actual Chile), Guayaquil (actual Ecuador) y Panamá.

Cédula Real del 22 de abril de 1804 con información de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789

El apellido Polonia en el «Libro XIV de Bautismo de La Vega de 1805»

Parte del monumento en la rotonda sur de la entrada a Concepción de La Vega, ciudad conocida como «La Ciudad Olímpica». (Ministerio de Turismo de la República Dominicana)

El origen de los apellidos es una información valiosa en la historia familiar de cualquier familia. Desafortunadamente, no siempre se conserva y transmite esta información de generación en generación, produciendo un vacío que perdura entre aquellos que quisieran saber cómo fue que los apellidos que ostenta llegaron a lugar X.

Tal es el caso con el apellido Polonia de República Dominicana. Si bien se conocen ciertos rasgos de su origen, para muchos con este apellido dominicano desconocen cuándo fue que aparece en la geografía dominicana. No pretendemos dar el veredicto final para con ello, aunque sí mostrar una luz adicional en la investigación de los Polonia de República Dominicana y de sus descendientes que viven en el exterior, con mención especial a los Estados Unidos. Polonia es un apellido que se encuentra con más frecuencia en el Cibao, las zonas de Santiago y La Vega recibiendo una mención especial. Aquí nos enfocaremos con respecto a los Polonia de La Vega.


Concepción de La Vega

(DesdeLaVegaRD)

Concepción de La Vega es uno de los pueblos más antiguos de La Española y uno de los primeros fundados por los españoles en América. Su fundación se remonta a 1495 por el mismo D. Cristóbal Colón. Su escudo fue otorgado por los Reyes Católicos en 1508 y todavía es el escudo de la ciudad sin modificación, uno de los escudos más antiguos de América. Fue destruido por el terremoto de 1562 y todavía quedan algunas de las ruinas al nordeste del Santo Cerro. Se refundó, esta vez en la orilla del río Camú, al suroeste del Santo Cerro. Ha permanecido en la orilla del río Camú hasta nuestros días. La segunda destrucción de Concepción de La Vega tuvo lugar a finales de febrero de 1805 por los haitianos.

El incendio de 1805 y su efecto en los Polonia

Página titular del «Libro XIV de Bautismos de La Vega de 1805». Es lo único que existe de La Vega antes de ser destruida por Jean Jacques Dessalines en la invasión haitiana de 1805, también conocida como la Campaña del Este.
En la primera página de los registros de bautismo dice «Año de 1805».

El «Libro XIV de Bautismo de La Vega de 1805» contiene una de las evidencias de la destrucción de La Vega que hicieron los haitianos en febrero de 1805. Es por ello que los registros de bautismo de 1805 se corta abruptamente en el segundo mes de ese año. Lo poco que se registró hasta ese tiempo no incluyó a un Polonia. Luego de redescubrirse y retornar a sus legítimas autoridades eclesiásticas, el libro de bautismo retorna a usarse como lugar de registrar los bautismos veganos. Debido a que no se tenía constancia del libro después del incendio ocasionado por los haitianos en febrero de 1805 y se pensaba que se había esfumado en el mismo, brinca a finales de octubre de 1811.

Que no existan records de bautismos de Polonia en La Vega antes de 1805, no quiere decir que los Polonia no existían en el pueblo vegano y en sus campos, sino que toda esa documentación se perdió en el incendio de febrero de 1805.

Debajo del bautismo registrado número 48 de Tomás Encarnación, último para el año de 1805 por la destrucción de La Vega que hicieron los haitianos en febrero de ese mismo año, aparece una nota de don Agustín Tabares, presbítero y soncharte de la parroquia de La Vega, en la que explica el por qué se brinca de febrero de 1805 a octubre de 1811.

Primera vez aparece el apellido Polonia en el «Libro XIV de Bautismo de La Vega de 1805»

Esta es la primera vez que aparece el apellido Polonia en el «Libro XIV de Bautismo de La Vega de 1805». Corresponde al bautismo número 126 de Bárbara Polonia. Se efectuó el 7 de marzo de 1812 y se registró el 8 de marzo de 1812 por José Tabares. Ella había nacido el 4 de diciembre de 1811, por lo que tenía 3 meses y 3 días el día de su bautismo. Era hija natural de Francisca Polonia. Es oportuno señalar que no aparece el nombre del padre, por lo que asumimos que éste no la reconoció al nacer sea porque murió antes de ella nacer, era irresponsable y decidió no reconocerla u otra razón. El apellido de la niña era el mismo de su madre.

Reiteramos que esto no quiere decir que la primera vez que el apellido Polonia aparece en La Vega fue en 1812, sino que en ese año aparece el primer registro de bautismo en La Vega. Tampoco quiere decir que no hubieron registros en los años anteriores porque al destruirse los archivos veganos, ese dato quedó perdido para siempre.

¿Los Polonia de La Vega son descendientes de los soldados polacos mandados a Haití?

Algunos soldados polacos.

Una pregunta interesante sería en relación al origen del apellido Polonia en territorio dominicano o al menos en La Vega. Cualquier persona puede percatarse del hecho que el apellido Polonia es idéntico en español al nombre del país en Europa. Por tanto, no es del todo descabellado asumir que quizás hay una conexión entre el apellido Polonia y el país Polonia. Para responder si hay un vínculo entre las dos Polonias, debemos revisar la información que sigue.

No sabemos si Bárbara Polonia de la sección anterior era la primogénita de Francisca Polonia o hermana menor de otros hijos a los que dio a luz su madre. Asumiendo que ella fue la primogénita, quiere decir que la madre estaba en su segundo lustro de su adolescencia o en sus 20s. Lo que sí sabemos es que Francisca Polonia era nativa de Concepción de La Vega porque lo dice en el registro de bautismo de Bárbara Polonia. Si asumimos que tenía 25 años al nacer Bárbara, Francisca debió nacer en 1791. Si tenía 15 años al nacer Bárbara, Francisca debió nacer en 1796. Es decir, el nacimiento de Francisca Polonia en Concepción de La Vega tuvo que ocurrir en la década de los 90 del siglo XVIII.

Esta información es de suma importancia para afirmar si los Polonia de La Vega tienen nada que ver con los soldados polacos mandados a Haití. Napoleón Bonaparte, alarmado que en 1801 Toussaint Loverture había invadido la parte española de Santo Domingo en nombre de Francia aunque sin la autorización francesa, manda tropas partiendo de Francia a la isla de Santo Domingo con la finalidad de capturar a Toussaint Loverture y asegurarse que el control político de la isla estuviera en manos verdaderamente francesas. Las tropas francesas llegaron a la isla de Santo Domingo en 1802 y rápidamente todos los pueblos españoles (entiéndase dominicanos) se rindieron a los franceses sin el menor disturbio militar. Al suceder esto, los pueblos españoles (Concepción de La Vega siendo uno de ellos) pasan de seguir las órdenes de los haitianos a seguir las órdenes de los franceses. En ese mismo año de 1802, Napoleón Bonaparte mandó a la isla de Santo Domingo un refuerzo de miles de soldados polacos, quienes llegaron a Cabo Francés (hoy Cabo Haitiano) y se esparcieron por la parte francesa de Santo Domingo (hoy Haití) debido a que la captura de Toussaint Loverture inició una nueva guerra en contra de Francia liderada por Jean Jacques Dessalines. Esta guerra, que se convertiría en la Revolución Haitiana, culmina con la independencia de Haití el 1 de enero de 1804. En ese mismo año, Dessalines da la órden para que se masacraran a todos los hombres blancos en Haití y unos meses después a todas las mujeres y los niños blancos. Algunos blancos fueron salvados por órden de Dessalines y entre estos se incluye a los soldados polacos por no saber nada de Haití.

Aquí entra el dilema con respecto a si los Polonia de La Vega son descendientes de algunos soldados polacos que de una forma u otra lograron entrar a la parte española entonces bajo mando francés y una parte establecida en La Vega. Es un dilema porque de ser cierto, entonces no debería haber ningún Polonia en territorio dominicano antes de 1802. Francisca Polonia había nacido en los 1790s en La Vega, antes de la llegada de los soldados polacos a la isla de Santo Domingo. Además, esto es en base a la documentación histórica que tenemos. Lo más probable es que antes de Francisca Polonia habían Polonias en territorio dominicano, bien si eran oriundos de Concepción de La Vega o inmigrantes españoles canarios. Estos últimos llegaron a la parte española de Santo Domingo (la actual República Dominicana) en los siglos XVII y XVIII principalmente. Si bien Concepción de La Vega no fue fundada por estos españoles canarios, sí tuvo un aumento poblacional al recibir a varias familias españolas canarias a las que les asignaron establecerse en La Vega y sus campos. Procedían de Santo Domingo, la primera ciudad de la isla a la que llegaron los españoles canarios procedente de España.

Los Polonia, un apellido verdaderamente dominicano

República Dominicana, el país en donde los Polonia han vivido por al menos tres siglos. Considerando que los Polonia hubieran sido destruidos todos en las distintas guerras llevadas a cabo en este territorio antes, durante y después de su independencia, los Polonia le deben su existencia y derecho a la vida al país y al pueblo que lo hizo posible. (Instituto Cartográfico Militar)

Los Polonia de La Vega no solo estuvieron en el pueblo mucho antes de la llegada de los soldados polacos a Haití, sino es un apellido que estuvo presente durante todas las vicitudes por la que pasó el pueblo dominicano. Estas incluye la temible invasión de Dessalines en 1805, la guerra de la Reconquista que terminó en 1809, la independencia efímera de 1821, la dominación haitiana de 1822 hasta 1844, la independencia dominicana de 1844, las demás invasiones haitianas entre 1844 y 1856, la anexión a España en 1861, la guerra de la Restauración que terminó en 1865, etc. Estos hechos no son simples historias de libros para los Polonia porque su apellido estuvo ahí cuando sucedieron. Las amenazas de someter a todos los dominicanos a un degüello general de Jean Jacques Dessalines en 1805, Charles Rivière-Herard en 1844 y Faustín Soulouque en las invasiones haitianas de 1849, 1853 y 1856; si los dominicanos hubieran perdido tan solo una batalla, como parte del castigo que les esperaba a todos los dominicanos por sus dominadores, los Polonia hubieran sido destruidos todos y sus descendientes actuales no hubieran nacido. La existencia misma de los Polonia se lo deben al pueblo dominicano y a la República Dominicana. Los primeros condujo a la creación de lo segundo y por ello es que han podido sobrevivir los Polonia. Hoy muchas personas tienen este apellido que se deriva de los Polonia que se asentaron en La Vega y pocos saben que su existencia en la actualidad está ligada a las victorias de los dominicanos en cada una de las batallas en defensa de su país y su razón de ser.

La migración de los africanos a la República Dominicana

Los africanos llevados a Santo Domingo durante el siglo XVI se veían de esta manera, como la mayorís de los africanos de hoy. Su color de piel negro, mas oscuro que la de cualquier otro tipo de gente en la República Dominicana, explica el por qué los llamaban «los negros». Con mas de cinco siglos de mezclas entre españoles, taínos y africanos a hecho que el grueso de los dominicanos actuales luzcan diferentes. Sin embargo, el legsfo de los africanos ha sobrevivido y continúa en la República Dominicana.

Introducción de los africanos en Santo Domingo

La mayoría de los africanos introducidos en Santo Domingo directamente de África fue en los 1500´s y estos eran del área de Senegal, especialmente de étnias como los brongs y la mandinga (viven entre Senegal y Mali). De hecho, de esa zona eran los africanos introducidos en América en esa época y como quienes dominaban ese tráfico eran los españoles (el transporte y la venta en sí lo hacían los portugueses), notarás que todos los latinoamericanos con siquiera un rastro africano tienen de mandinga y de brongs. El aporte africano en las zonas anglófonas y francófonas de nuestra América carecen aporte significante de esas étnias.

Segundo impulso 

El segundo impulso de introducción africano en América tuvo lugar esencialmente en el siglo XVIII (1700’s), estaba dominado por los franceses y los ingleses, y los extraían más al sur, es decir en el golfo de Benín (Gana, Costa de Marfil, Nigeria, Camerún, Congo esencialmente). En esta época hubo algunas importaciones de africanos a Santo Domingo, pero estas no se hacían directamente de la África. Más bien se adquirían en Cabo Francés (hoy Cabo Haitiano) y las pocas embarcaciones mercantiles que anclaban en Santo Domingo vendían algunos esclavos en especie (los dominicanos les daban víveres y demás comestibles en cambio por esclavos). También se armaron algunas aventuras de piratas dominicanos que atacaban las embarcaciones de otras naciones en el mar Caribe y les hacían un atraco de las cosas valiosas y si tenían negros estos formaban parte del botín. 

En la izquierda se vislumbra la tambora dominicana, presente en varios géneros musicales de la República Dominicana. La tambora dominicana tiene su orígen en la tambora de Guinea, la cual ha permanecido por generaciones sin ningún cambio estructural. Sin lugar a dudas, este instrumento que se ha convertido en uno de los símbolos de la dominicanidad es uno de los leganos que nis dejaron nuestros ancestros africanos.

Los fugitivos de los franceses

El otro elemento de introducción de africanos en ese siglo, aunque estos no formaron parte de los esclavos, eran los esclavos fugitivos de los franceses. En ese entonces el Gobierno español tenía una ley en vigencia que dictaba la libertad inmediata a cualquier esclavo de nación extranjera (es decir Francia) que por cuenta propia pisara suelo español (es decir dominicano). A estos negros de los franceses no solo se les daba su libertad, sino que se le garantizaba la misma al convertirlos en sujetos del Rey de España, lo que hacía de cualquier maltrato o intento de privarle de su libertad una ofensa al mismo Gobierno español y suponía una represalia por parte de las autoridades. Esta medida mantenía a los colonos franceses temerarios de cruzar las fronteras en busca de sus ex-esclavos e incluso fue una de las razones por las que les mandaban cartas a Francia metropolitana para que hicieran la conquista del Santo Domingo Español por la fuerza si era necesario.

La cantidad de los negros

La mayor cantidad de esclavos que se logró tener en la parte española de la isla se estima en unos 10,000 a 15,000 de una población total que rondaba los 125,000; es decir alrededor del 10% +/- (en la parte francesa había más de 800,000 esclavos y formaban casi el 90% de dicha población, todos importados en los 1700´s prácticamente). El grueso de la población consistía de personas libres entre blancos y personas de color, con un predominio de personas de tez blanca, entre caucásicos y mestizos o mulatos con aspecto caucasoide. De hecho, la mayoría de las personas de color eran libres. 

El chicharrón es tenido por delicias en la culinaria dominicana. Proviene como uno de los alimentos que se le daba a los esclavos africanos en la isla de Santo Domingo. Originalmente su consumo se limitaba a los africanos, hoy día es una delicia esencial de la culinaria dominicana.

Descripción de Moreau de Saint Mery

Si nos llevamos de la descripción que hizo el colono francés Moreau de Saint Mery (vivía en Haití, pero visitó por mucho tiempo la parte española esencialmente para escribir sus libros que describían minuciosamente la isla completa en todos los aspectos), dice que en la población de la parte española de la isla la gente de color libre eran pocos comparado con los blancos, sin embargo eran muchos comparados con los esclavos. También dice que en muchos de los colonos españoles (es decir los blancos) tenían un o dos rasgos que apuntaban a alguna mezcla remota, además que mientras exista tan pocos negros dispersos por el territorio a los españoles se les haría difícil sacar el mayor provecho de la riqueza de la tierra.

Moreau de Saint Mery decía con mucho entusiasmo la gran cantidad de esclavos africanos que podía llenar a la parte española de la isla si fuera colonia francesa. Su entusiasmo no se debía a algún trastorno psicológico, sino que en esa época la riqueza de un lugar estaba íntimamente ligado a la cantidad de esclavos que se poseía. De hecho, los franceses convirtieron su pedazo de la isla en una de las colonias más ricas en la historia de la humanidad y lo hicieron llenando de africanos cada rincón del oeste de la isla de Santo Domingo.

Época haitiana

En la época de la Dominación Haitiana (1822-1844) se introdujeron más negros (haitianos y estadounidenses) por iniciativa del Gobierno haitiano que deseaba una población negra africana poblando la isla completa. Incluso, el Gobierno haitiano tenía leyes que incomodaban a los blancos, precisamente para incitarlos a que emigraran, y con eso se lograba un oscurecimiento de la población en la parte española o dominicana. 

Cuadro del pintor dominicano Yoryi Morel de 1959. Se titula «Fiesta Campesina». Es de una escena rural mientras se tocaba el merengue típico, música de la República Dominicana que mezcla los elementos europeos, taínos y africanos en la lírica, instrumentos y forma de bailarlo. A mano derecha se ve un joven tocando la tambora dominicana.

A partir de los 1870’s 

Luego a partir de los 1870´s se comienza a desarrollar la industria azucarera, la cual importaba algunos trabajadores puertorriqueños y muchos negros de las islas inglesas y, a partir de los 1920´s los negros ingleses fueron sustituidos por los negros haitianos; paulatinamente influyó en la composición étnica en las zonas azucareras, que hasta entonces eran áreas de escasísima población.

Nuestra época

En nuestra época existe la migración masiva y clandestina de haitianos, lo que indudablemente aumenta la población negra de este país. En países donde los esclavos fueron mayoría hoy son de mayoría negra, no mulata ni mestiza ni blanca.

El legado de los africanos es evidente en la mezcla de los dominicanos sean ricos o pobres, jóvenes o viejos, hombres o mujeres. Un dominicano no puede esconder uno de sus orígenes.
Con mas de 500 años de mestizaje significa que las características de los africanos, los españoles y los taínos formen parte de la mayoría de los dominicanos. Lo único que cambia es la proporción, no los componentes.
Entre los antepasados de los dominicanos se encuentran los africanos que llegaron en el siglo XVI, en esencia los primeros africanos de América. Para muchos que no son hispanoamericanos puede ser chocante al percatarse que los africanos de América hablaban español y portugués mucho antes que surgieran otros africanos que hablaran inglés, francés u otras lenguas europeas. Quedan sorprendidos al percatarse que la religión que profesaban la mayoría de los africanos en América era la católica romana. Mucho mas sorprendente es darse cuenta que tenían mas de un siglo antes que los franceses e ingleses llevaran africanos a sus colonias americanas.
La historia ancestral de la República Dominicana mira de regreso a un extranjero cada vez que tiene contacto con un dominicano. El primer mestizo del mundo, el primer zambo del mundo y el primer mulato de América nacieron en esta tierra. El primer lugar de América donde se asentaron los europeos y el lugar donde ha habido presencia europea por mas tiempo es en la República Dominicana. La primera tierra pisada por la planta de los pies de los africanos hace mas de 500 años también fue en esta tierra dominicana.
Tatico Henríquez contando «Corrida de Santa Ana» en el merengue típico de la República Dominicana. Nótese la incorporación de la tambora, legado sin modificación de los africanos que llegaron a Santo Domingo.

Las implicaciones a los dominicanos de la Ordenanza del Rey de Francia de 1825

La independencia de Haití tuvo una faceta muy peculiar y es que fue la única independencia de América que requirió el pago de una indemnización a su antigua metrópoli. Según algunos historiadores, esta imposición cementó uno de los tropiezos fundamentales en el deterioro continuo de Haití como sociedad y economía.

El pago de esa indemnización fue aceptada por el gobierno de Jean Pierre Boyer en 1825 como requisito para que Francia reconociera la independencia de Haití. La decisión tomada por Jean Pierre Boyer fue muy impopular en Haití y mucho mas entre los dominicanos. Los haitianos se sintieron ofendidos que su propio gobierno aceptara tal humillación, mientras los dominicanos se negaban a pagar ni un céntimo en impuestos para saldar esa deuda aludiendo a que nunca fueron súbitos de Francia y por lo tanto no tenían ninguna obligación para con ello.

Hemos encontrado la Ordenanza del Rey de Francia original. En ella se manifiesta varios detalles que nos llamaron mucho la atención con respecto a las implicaciones que esto tuvo para los dominicanos.

Falta de legitimidad de la invasión haitiana de 1822 a 1844

A pesar que desde 1822 los dominicanos estaban sometidos al yugo haitiano, en la ordenanza se nota que fuera de la isla la invasión haitiana no tenía legitimidad.

Primero, siempre hace mención de la parte francesa de Santo Domingo, aludiendo a la antigua posesión de Francia en la isla. Nótese que el mero hecho que el gobierno haitiano se había apoderado de la parte española de la isla, no le concedió un reconocimiento automático de ese atropello contra los dominicanos. Por ello, la ordenanza menciona mucho la parte francesa de la isla, lo que implícitamente conlleva a que aun existía la parte española, si bien estaba sometida en una crisis de gobernabilidad por la intromisión de los haitianos.

Segundo, en el Art 3 dice que cuando se salde la deuda, Francia le reconocerá la independencia a los habitantes de la parte francesa. Es decir, Francia le concedía la libertad política a los haitianos mas no a los dominicanos.

Es oportuno señalar que la Era de Francia en Santo Domingo culminó en la práctica en 1809 en la guerra de la Reconquista y oficialmente en 1814 cuando en un tratado el gobierno francés le devuelve la parte española a España, aunque España gobernaba la parte española desde 1809 por petición de los dominicanos. Incluso, en la Constitución de Cádiz de 1812 se incluye a la parte española de Santo Domingo como parte integral de los dominios de España e incluye privilegios que se le otorgaron exclusivamente a la parte española de Santo Domingo, no obstante que oficialmente Francia no había rendido su control sobre el territorio reconquistado por los dominicanos. Esta es la razón por la que Francia no consideraba a los dominicanos como súbitos suyos.

En ningún momento compromete a los dominicanos

Contrario a lo que alegaban las autoridades haitianas, quienes les querían imponer a los dominicanos un impuesto para pagar esta nueva deuda; la misma ordenanza en ningún momento menciona ni a los dominicanos ni tampoco a la parte española de la isla. Inclusive, el hecho que siempre menciona a la parte francesa es indicativo de que esta ordenanza no tenía relevancia mas allá de las fronteras española-francesa o domínico-haitiana. Además, en el Art 2 es muy específico al mencionar a los habitantes de la parte francesa, es decir a los haitianos, como los responsables para suministrar los recursos a su gobierno con los cuales se pagaría la deuda.

La apertura comercial le fue impuesta exclusivamente al occidente insular

Una vez mas se refuerza a quienes realmente le correspondía esta ordenanza con la mención explícita de la apertura de los puertos de la parte francesa, es decir los puertos de Cabo Haitiano, Gonaives, San Marcos, Puerto Príncipe, Jeremías, Los Cayos y Yáquimo; no los de Santo Domingo, Puerto Plata, Montecristi, Samaná, etc. La ordenanza no solo estipulaba la apertura de los puertos de la parte francesa de la isla al comercio internacional, sino que eran los únicos puertos de la isla que estaban obligados a reducir a la mitad los aranceles que se les cobrara a las embarcaciones francesas.

Fue un acuerdo entre los amos franceses y sus esclavos

Queda demostrado sin ninguna matiz de confusión que el propósito de esta deuda no era solo para reconocer la independencia de Haití, sino para indemnizar a los colonos franceses que abandonaron la isla en consecuencia de los disturbios y la guerra de exterminio que se llevó acabo en Haití desde 1791 hasta 1804. Todo esto se resume en un solo hecho: los esclavos franceses compraron su libertad pagando a sus amos el valor de las propiedades usurpadas, incluyendo el valor de los esclavos mismos.

Por naturaleza, este acuerdo no tenía relevancia para los dominicanos por el hecho de que los dominicanos nunca fueron esclavos de los franceses, primero porque la inmensa mayoría de la población dominicana no era esclava, incluyendo a la mayoría de la población de color pues eran hombres y mujeres mayormente libres; y, la minoría que si fue esclava lo fue de algunos españoles, no de los franceses.

Traducción de la ordenanza

ORDENANZA DEL REY DE FRANCIA
París, 17 de abril de 1825

CARLOS, por la gracia de Dios, Rey de Francia y de Navarra, a todos ustedes presentes aquí, saludos. Por los artículos 14 a 73 de la Carta Magna, que busca proveer recompensas por los intereses comerciales franceses, los malestares de los antiguos colonos de Santo Domingo, y el estado precario de los habitantes de esa isla; les ordeno lo siguiente:

ART 1. Los puertos de la parte francesa de Santo Domingo serán abiertos al comercio de todas las naciones; el derecho que se impone a la entrada como a la salida de los puertos serán uniformes para todos los pabellones, exceptuando al pabellón francés, en favor del derecho a que sean reducidos a la mitad.

ART 2. Los habitantes actuales de la parte francesa de Santo Domingo pagarán al fondo (general) de depósitos y envío a Francia cinco veces iguales de año en año, comenzando el treinta y uno de diciembre de 1825, la suma de ciento cincuenta millones de francos, destinados a compensar los antiguos colonos que demandaron una indemnización.

ART 3. Concedemos, en las condiciones siguientes, por la presente ordenanza, a los habitantes de la parte francesa de Santo Domingo, la independencia plena y entera de su gobierno.

Esta será la presente ordenanza sellada con el gran sello.

Dado en París, en el palacio de Tuileries, el 17 de abril del año de gracia 1825, en nuestro reino primero.
(Firmado) Carlos

Por el Rey:

La Francia junta, ministro, secretaria de Estado al departamento de la marina en las colonias,
(Firmado) Conde de Chabrac

Vio el sello: -El Gran Sello, ministro, secretaria de Estado del departamento de la Justicia,
(Firmado) Conde de Peyronnet

Visa: – El Presidente del Consejo de los Ministerios,
(Firmado) JH. de Villeile

La ordenanza original