El pueblo dominicano es mezclado, no reemplazado

Los tres orígenes principales en el dominicano común, en orden de mas viejo a mas nuevo.

Los dominicanos tienen la particularidad que son la continuación de toda la gente que con el pasar de los siglos ha hecho su hogar la República Dominicana. Un mestizaje que se viene produciendo por mas de 500 años es lo que hace posible que la mayoría del dominicano pueda identificarse con su pasado. Al leer o escuchar todas las formas que lucieron nuestro pueblo en los siglos pasados y el tener un vínculo ancestral con todos ellos es una realidad que resume en una cosa: el dominicano de hoy es un pueblo mezclado, no reemplazado.

La diferencia entre un pueblo mezclado y uno reemplazado

La característica de ser un pueblo mezclado y no reemplazado se manifiesta no sólo en la genética que se mira tan diversa dentro de una familia dominicana común, sino en nuestro idioma, cultura y tradiciones. Lo dominicano es híbrido en todas sus manifestaciones, un legado que hemos heredado de nuestros antepasados y se ha mezclado como aceptación a la dominicanidad, como el merengue y sus tres instrumentos principales: el acordeón heredado de los europeos, la güira heredada de los taínos y la tambora heredada de los africanos.

Las diferencias entre un pueblo mezclado y uno reemplazado puede no parecer muy obvio en un principio. Con un analisis que contempla cosas que no pueden ser manipuladas a su antojo, como lo es la genética, la diferencia entre una cosa y la otra se hace tan clara como el agua.

Un joven dominicano común y corriente en el que se le ve que es pariente de los grupos humanos principales que han formado al pueblo dominicano por mas de 500 años. El mestizaje es lo hace posible que todos estos orígenes que pueden parecer disímiles se congreguen en una persona a la vez y una mirada detenida analizando su rostro se ven los indicios de su origen de ser parte de un pueblo mezclado y no reemplazado. Taíno, español y africano a la vez.

Un pueblo mezclado es uno que es la continuación de cualquier parte del pasado hasta el que vemos hoy. Es descendiente directo de estas gentes y la adición de gente nueva y diversa, y la propensión al mestizaje, significa que ese pueblo que, por ejemplo, lucìa indio en su totalidad en 1493, se le mezcló lo del español al llegar estos. Bajo ningún concepto ese pueblo original de indios no sigue vigente, sino que por el mestizaje es un pueblo meaclado indio-español. Luego llegaron los africanos e igualmente fueron incluídos y absorbidos por la población que existía a su llegada. Nunca hubo un cisma entre ese pueblo y el de 1493, pues si bien era un pueblo de indios solamente, ahora ese mismo pueblo es indio-español-africano. Puede cambiar las proporciones o puede ser las mismas y lo que cambia es el aspecto por razones muy particulares y propias de la genoma, mas el vínculo entre cómo lucía el pueblo en 1493 y ahora se mantiene intacto. Al igual que los africanos y los españoles, los indios también son sus antepasados.

Dominicanos de cabo a rabo en el programa televisivo de Santo Domingo «Hoy mismo».

Por el contrario, un pueblo reemplazado es aquel que tiene un cisma entre el pueblo encontrado de 1493 y el de ahora. Se somete a un análisis de la genoma y no aparece ni una gota de aporte, en este caso, indígena. ¿Qué vínculo sanguíneo tiene ese pueblo con el de los indios de antaño? ¿A caso desciende de ellos? La respuesta a ambas preguntas es no. No desciende de ellos, por tanto ese pueblo de indios precolumbinos fue un pueblo diametralmente opuesto al de ahora. Existe una cisma entre la gente de antes y la gente de ahora.

Las evidencias en el ADN ancestral del dominicano promedio

Este análisis de la genoma promedio del dominicano investiga cómo ha ido cambiando la composición genética en las últimas 16 generaciones que equivalen apoximadamenta a 500 años. Lo que se evidencia es una continuación entre el pueblo dominicano de antaño y el pueblo dominicano actual. En cada cierta generación se añaden mas orígenes y se mezcla como parte de un pueblo que existe desde hace siglo. Estas adiciones nuevas pueden modificar un poco cómo se ve el pueblo promedio somáticamente, sin embargo es ese pueblo de antes ahora un poco mas mezclado. Es un aporte que lo enriquece, mas no lo reemplaza. Sus antepasados son todos los de antes a la misma vez.

El ADN ancestral del dominicano común muestra una evidencia innegable que quizás muchos no quieren reconocer. Tal como lo demuestra, el dominicano es una continuación de todas las gentes que han habitado nuestro terruño. Con el pasar de los siglos se le añadió mas gente de orígenes diversos y en vez de mantenerlos por separado hasta el hecho que se nota esta cisma en la genoma, se ha mezclafo con el pueblo dominicano que ya estaba ahí. Lo que muestra la genoma es que el dominicano de hoy no es mas que un pueblo mezclado, no reemplazado.

El hecho que el dominicano promedio muestra varios legados que lo conforma es evidencia de un pueblo que se mezcla mas que se reemplaza con el pasar del tiempo. Se puede usar cualquier grupo, en este caso usamos el anerindio. El dominicano común ostenta, según podemos ver en su genoma, un aporte indígena que no lo ostentan todos los pueblos de América y en otros pueblos de nuestro continente lo ostentan unos y no otros miembros del mismo pueblo. Esto quiere decir que el dominicano puede considerar a los taínos como sus ancestros en la realidad. Lo mismo con todos los otros grupos humanos que se han adherido a nuestro pueblo. Ese pueblo de indios que se describe en los documentos históricos del siglo XV, esa población dominicana que «luce mas blanca que negra» o que «su color predominante es el blanco» que se describe en los documentos del siglo XVIII, etc sigue vivo entre nosotros porque es quienes somos, se refleja en cada espejo que miramos y se manifiesta en cada herida sangrienta que tenemos. Somos la continuación de todo eso.

No importa el estudio de la herencia genética de los dominicanos que se vea, en todos sin excelción se ve lo mismo de ser un pueblo mezclado y no reemplazado.

La identificación del dominicano con su pasado

Jovencitas dominicanas marchando en un desfile patriótico, tal como lo han hecho sus antepasados en esta tierra de Duarte, Sánchez y Mella; incluso antes de nacer ellos.

La realidad de los dominicanos es que al ser un pueblo mezclado, tiene la obligación moral de sentirse identificado por todos sus ancestros y, por tanto, por toda su historia. No importa si es en tiempos precolombinos, en la conquista, durante las Devastaciones, el auge econónico que se tuvo en el siglo XVIII, las invasiones haitianas del siglo XIX, las guerras por la Independencia, la guerra por la Restauración, los disturbios fronterizos, durante la invasión estafounidense de 1916, el pueblo en la Era de Trujillo, el pueblo que se sacrificó en nombre de la libertad y la democracia, ese pueblo que en busca de un mejor porvenir se ha esparcido por el mundo o ese pueblo dominicano que existe ahora. Todos, absolutamente todos es el mismo, es uno solo, es un pueblo mezclado y no reemplazado, es el pueblo dominicano.

Dominicanos observando un evento deportivo o social. Lo único que cambia es las proporciones y muchas veces ni eso, sino lo que se manifiesta a simple vista puede no representar lo que es a nivel genético. Lo cierto es que la inmensa mayoría de los dominicanos sin importar si luzce blanco, indio, mulato o negro; tienen todos los mismos orígenes de sus antepasados e incluso, muchos están emparentados con otros que pueden lucir diferentes a simple vista. Así lo evidencia el estudio de la genoma del dominicano común.

El pueblo estadounidense como ejemplo de uno reemplazado

Uno de los pueblos que podemos tomar como ejemplo de un pueblo que ha sufrido un cisma entre la gente del pasado y la de hoy son los estadounidenses. Si bien es cierto que existe todavía aportes indígenas en los Estados Unidos y son aportes de los indígenas que estaban en el territorio gringo a la llegada de los ingleses, también es cierto que esto se manifiesta en una pequeñísima parte de los estadounidenses actules. El gringo promedio, sea blanco o negro o lo que sea, no muestra en los análisis genéticos aportes indígenas de ningún tipo.

Contrario a otros pueblos donde hay una cisma entre lo que fue el pueblo en el pasado y lo que es ahora, el dominicano se puede identificar con todo su pasado porque es descendiente de todas estas gentes a la vez. Quizás esta particularidad es que le hace difícil a otros pueblos ver al pueblo dominicano como una continuación de su pasado, sino lo ven como son estos pueblos foráneos de un reemplazo con un cisma entre la gente que habitaba el territorio en el pasado y quien lo habita ahora. El dominicano puede irse hasta el mismo comienzo de nuestra sociedad, otros pueblos no pueden hacer eso sin caer en la mentira.

La implicación de este hallazgo es que cuando se analiza lo que fueron las sociedades indígenas de América del Norte, no hay vínculo sanguíneo alguno entre los gringos de ahora que estudian esa época del territorio que hoy es los Estados Unidos. Al no existir un vínculo sanguíneo, quiere decir que los de ahora no son descendientes de aquellos indios.

Dominicanos por todas partes.

Se da otro caso particular de los Estados Unidos y es que existe un cisma incluso entre los estadounidenses de ahora. Si bien todos casi carecen de aporte indígena, la mayoría que tiene aporte europeo mayoritario tampoco tiene aporte africano minoritario, no obstante que los afroamericanos han sido parte de los Estados Unidos desde antes que se independizara de Inglaterra. Los negros de los Estados Unidos de antes tampoco son los antepasados de la mayoría de los estadounidenses actuales.

Militares dominicanos incluyendo a hombres y a mujeres.

Quizás por esta razón lo primero que le llega a la mente a un gringo cuando ve una población actual que somáticamente parece diferente a la población de hace siglos, es que la población actual es un reemplazo de la anterior. Si bien esto es cierto para los estadounidenses, no lo es para los dominicanos. Mientras ellos son un pueblo reemplazado (y por demás dividido, como bien lo demuestra las evidencias genéticas), el pueblo dominicano es mezclado. Ellos no pueden decir que son la continuación de toda la población que habitó el territorio del actual Estados Unidos. No se evidencia así en la genoma. Por el contrario, el dominicano promedio sí es descendiente de los grupos principales que han habitado a La Española. Se puede identificar con el pasado completo de la República Dominicana.

Las incongruencias de D. Gregorio A. y Espala sobre los dominicanos


En las páginas 25 y 26 del libro «Historia de la dominación y última guerra de España en Santo Domingo», obra de D. Ramón González Tablas publicado en 1870; cita un artículo de D. Gregorio A. y Espala supuestamente de una revista médica. Se trata de una descripción de los dominicanos. Lo que dice llama mucho la atención porque tiende a no coincidir con lo que dicen otras personas en sus libros publicados en esos años y en el siglo XX. Se hará referencia a tan solo algunas partes para dar una idea de por qué la duda.

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«Tanto la isla de Santo Domingo, como otras varias que en un tiempo tuvieron esclavitud, no lograron su emancipación sino a costa de convulsiones más o menos sangrientas, en que la raza blanca fué aniquilada o reducida a tan precarias condiciones que la hicieron desaparecer casi por completo…»

Esa aseveración no es cierta para el Caribe excepto Haití. 

Es verdad que desde que surgió la revolución haitiana en 1791 hasta culminar con la independencia de Haití en 1804, hubo muchas matanzas de blancos y mulatos por parte de las tropas haitianas, y de negros y mulatos por parte de las tropas francesas. También es cierto que en 1804, el general Jean Jacques Dessalines promulgó una matanza general en contra de los hombres blancos y luego les ofreció un indulto para que los hombres blancos que pudieron esconderse y evitar ser asesinados, creyeran en sus palabras y salieran de sus escóndites. A pesar que Dessalines prometió que no les iba hacer daño, al salir los escondidos los mandó a matar. Es verdad que luego dió la órden para que las mujeres y los niños blancos fueran masacrados también. Indudablemente que estas acciones redujeron la población blanca a su mas mínima expresión en Haití, salvándose tan solo personas blancas puntuales que eran vistas como útiles para el régimen de Dessalines como doctores y otros profesionales, además de las esposas blancas que estaban casadas o en unión libre con hombres haitianos. Escenas como estas se vivieron solo en Haití. 

Es verdad que en 1805 Dessalines invadió la actual República Dominicana, sometió a su capital Santo Domingo a un sitio que duró un mes y, en su retirada a Haití, sometió a la población civil dominicana que vivía en el Cibao, en ese entonces el área mas populosa del territorio dominicano, a un castigo inmisericorde que incluyó masacres tanto en los campos como en los pueblos (excepto Samaná y Puerto Plata), incendió todos los pueblos, hizo violaciones sexuales en masa a las mujeres y a las niñas, se llevó por la fuerza a muchos dominicanos como prisioneros, etc. Todo eso y mas se hizo porque consideraba a los dominicanos como traidores por apoyar a las tropas francesas de Leclerc y Ferrand. Como lo reconocen historiadores haitianos de la talla de Jean Price-Mars en su obra «La República de Haití y la República Dominicana» y contemporáneos dominicanos de esas matanzas como Gaspar Arredondo y Pichardo en su obra «Memoria de mi salida de la isla de Santo Domingo el 28 de abril de 1805», sus víctimas dominicanas eran blancas, mulatas y negras; ricas y pobres; citadinas y campesinas. Si usted hablaba español era merecido del peor de los castigos según Dessalines. No ocurrió lo mismo por la banda del Sur porque las tropas haitianas en su retirada eran lideradas por Alexandre Petión, quien no obstante recibir instrucciones de Dessalines de provocar un degüello a la población civil dominicana por todo lo largo, no la cumplió. Es cierto que ese evento traumático produjo una reducción de la población dominicana por completo y muchos emigraron, los que podían a otros puntos de la monarquía española en América y, los que tenían menos posibilidades económicas, a zonas apartadas dentro de la isla como la llamada sierra de Santiago, los alrededores de El Seibo e Higüey y otros lugares. Sin embargo, ese evento no fue producto de la emancipación de los esclavos, quienes de todas maneras era una minoría muy pequeña de la población dominicana al efectuarse la invasión de Dessalines y el trato general a los esclavos era mucho mas suave en la parte dominicana de la isla. 

Si vemos las demás islas antillanas nos damos cuenta que para la época el único que era un país independiente era Haití y, por tanto, la esclavitud existía en las demás islas. La esclavitud fue finalmente abolida en Santo Domingo en 1822 (en realidad la mayoría de los esclavos habían sido liberados varias décadas antes, mas no se hizo una abolición oficial y definitiva hasta ese año) y se hizo de un plumazo, es decir sin derramamiento de sangre ni disturbios. Inglaterra abolió la esclavitud en todo su imperio en 1833 y esa también se hizo de un plumazo, esta vez en Londres, sin disturbios de ningún tipo e incluía islas como Jamaica, Las Bahamas, Barbados, Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda entre otras. En 1863 Holanda abolió la esclavitud y eso incluía islas como Aruba, Curazao entre otras sin derramamiento de sangre o violencia alguna. En 1873 España abolió la esclavitud en Puerto Rico y en 1886 en Cuba, ambas por plumazos en Madrid. Y así sucedió con las demás islas del Caribe. Con la excepción de Haití dónde la emancipación de los esclavos fue violenta y sangrienta y los blancos fueron los grandes perdedores, en el resto del Caribe la abolición de la esclavitud ocurrió años después y reinando la paz siempre.

Por tanto, lo que asevera D. Gregorio A. y Espala es simplemente una mentira.

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«El inmediato contacto de Santo Domingo y Haití dió lugar a que, abolida la esclavitud en la parte española, la raza de color fuera poco a poco absorviendo a la blanca…»

Aquí se vislumbra otra mentira. El término «raza de color» históricamente, y en especial en su época, se refería a los mulatos y no a los blancos ni a los negros, siendo estas dos razas de color también en la definición mas amplia. Es lo natural que con cada mezcla entre blancos y negros se reduce un poco la población blanca y la negra y aumenta la mulata. El efecto de la migración puede variar estas cosas dependiendo si se recibe mas migrantes blancos o negros o mulatos. Otro efecto que lo puede impactar es la emigración, especialmente si los emigrantes en su mayoría son blancos, negros o mulatos. Es cierto que con el pasar del tiempo ha aumentado la «raza de color» en República Dominicana, mas a la vez el impacto ha sido una reducción no sólo de los blancos, sino de los negros también como porcentaje de la población.

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«…Hasta el punto de que en la actualidad las tres cuartas partes de Santo Domingo se hallan exclusivamente pobladas por gente de color asaz oscuro…»

Aquí entra en otra incongruencia tomando en cuenta otros relatos tanto de la época como después donde autores dominicanos y extranjeros que conocieron en persona la sociedad dominicana dicen una y otra vez el aspecto predominante de los dominicanos se acercaba mas a la de los blancos que a la de los negros. Esto se evidencia en relatos de extranjeros de Estados Unidos, país donde es imposible que consideren a cualquier persona como «mas cerca de los blancos» si no tiene, aparte de los rasgos propios de los blancos, un color claro al menos. La obra del estadounidense Samuel Hazard y titulada «Santo Domingo Past and Present» de 1871 y el reporte de la comisión enviada por el gobierno estadounidense en ese mismo año a conocer en persona cada rincón de la República Dominicana y cada aspecto político, cultural, demográfico, económico, geográfico, etc del país; describen a nuestra gente de esa manera.

El estadounidense Alpheus Hyatt Verril en su obra de 1914 titulada «Porto Rico Past and Present and San Domingo of Today» en la página 233 dice:

«…The Dominican Republic cannot by any stretch of the imagination be called a black republic, yet it is distinctly a coloured one… (…La República Dominicana no puede ser considerada como un país de negros, pero es muy distintivamente un país de mulatos…)»

En la página 234 del mismo libro dice:

«In most places… the coloured races outnumber the whites, but the colour is far lighter than in most of the West Indies and to a superficial observer a large portion of them would pass for white. (En la mayoría de los sitios… los mulatos son mas numerosos que los blancos, pero el color promedio es mucho mas claro que en la mayoría de las islas del Caribe y un observador superficial pudiera considerar como blancos a una porción muy grande)».  

José Vasconcelos en su obra «Santo Domingo: La crónica personaal de una visita a República Dominicana» describe su visita al país en 1926 que incluyó lugares como La Romana, San Pedro de Macorís, Santo Domingo, La Vega, Santiago, Puerto Plata, etc. En esa época, el Cibao seguía siendo la zona mas populosa de la República Dominicana y en la página 30 a su llegada a La Vega dice:

«por una especie de ley geográfica, en esta región alta, que es la mas fría de la isla, predomina la raza blanca…».

Así hay mas fuentes que dan constancia que la población dominicana era mayormente mezclada y a su vez la mayoría era de tez clara que junta con la minoría mas grande en ese entonces, la blanca, producía una población tirando a un color de piel claro o blanco mayoritariamente. Además en muchos sitios, en el Cibao particularmente, los blancos eran mayoría hasta entrado el siglo XX.

La continuación del mestizaje entre blancos y negros, el crecimiento vegetativo desigual entre un tipo y el otro, la inmigración a partir de los 1880s de las islas inglesas del Caribe y de los 1920s de Haití (ambas corrientes migratorias consistía de negros en su mayoría), la emigración masiva en las últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI que en su principio consistía de personas de la sobrepoblada región del Cibao (mayoría de blancos y mulatos de tez clara) ha cambiado poco a poco la composición actual de la República Dominicana, tornándola mas oscura y mas negra. No obstante, D. Gregorio A. y Espala escribía de una República Dominicana la cual era presentada tanto por escritores dominicanos y extranjeros como una sociedad de tez clara en promedio, incluso adentrando a la primera mitad del siglo XX. 

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«El tipo dominante es el etiópe, sin más modificación que la que sufre esta raza al permanecer en América dos o tres generaciones sucesivas…»

Esta es otra mentira que es demostrable con lo que han arrojado varios estudios genéticos que comparan el promedio del dominicano con el de otros países. Se puede ver que en promedio los dominicanos son mulatos e incluso, el aporte africano es ligeramente menor que el aporte europeo. No sucede igual o similar cuando se trata del promedio haitiano, afroamericano, barbadense, etc que son sociedades negras donde no ha habido mucha modificación no obstante que estos sitios tienen siglos con negros. La modificación de los dominicanos es mucha.

He aquí tres estudios genéticos de varios que incluye a los dominicanos.



Los aportes africanos son rosado y rojo, los europeos azul y morado, y los amerindios (mayormente taíno en el caso dominicano) verde. African-American quiere decir afroamericano y como es costumbre en Estados Unidos, incluye tanto a negros como mulatos de ese país. Si quitaran a los mulatos de esa categoría ficticia y solo aplicable en ese país, el aporte europeo se reduce mucho mas y el aporte africano incrementa de igual proporción. https://www.nature.com/articles/ncomms7596


Los aportes africanos es rosado, los europeos azules (azul claro para europeos del norte y azul oscuro para europeos del sur) y amerindios es amarillo. https://blog.23andme.com/ancestry-reports/reports-for-caribbean-and-latin-american-customers/


Los aportes africanos es verde, los europeos rojo y los amerindios azul. https://journals.plos.org/plosgenetics/article?id=10.1371/journal.pgen.1003925

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«…La coloración más general es la negra…»

 Otra mentira de D. Gregorio A. y Espala. Como evidencia de ello se pueden usar meras fotos de Google Street View de las ciudades mas populosas de la República Dominicana. La población dominicana es urbana en mas de 80% y la mayoría de la población urbana se encuentra en los alrededores de Santo Domingo y en el valle del Cibao. Incluso, en ese valle dónde está la mayoría de las ciudades dominicanas. Estas fotos luego son compararlas con las de Accra en Ghana, una ciudad de negros en África. Se podrá ver la diversidad en la coloración de la gente en las calles dominicanas y, por tanto, es totalmente falso que «la coloración más general es la negra». Se nota que es una población mulata mientras las calles de Accra son mas homogénea y negra. Por decirlo de otra manera, si lo que dice D. Gregorio A. y Espala hubiera sido cierto, entonces las calles del Gran Santo Domingo y Santiago deberían verse igual en la coloración de la gente a Accra, Ghana. Allí sí es verdad que «la coloración más general es la negra» contrario a República Dominicana.

Fotos aleatorias del Gran Santo Domingo, República Dominicana.

Fotos aleatorias en Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

Fotos aleatorias en Accra, Ghana.

Como se dijo en un principio, estos son tan solo unos ejemplos de lo que D. Gregorio A. y Espala dice de los dominicanos y se evidencia que miente en ese aspecto. Esto tomando en cuenta que mientras mas en el pasado, mas clara o blanca era la población dominicana comparado con ahora, por lo tanto lo que era el país en tiempos de D. Gregorio A. y Espala era mas en acorde a como lo describen otros dominicanos y los extranjeros y menos como lo describe él. 

El por qué D. Gregorio A. y Espala niega el mestizaje evidente de los dominicanos y lo presenta como si fuera una sociedad mas de África no lo podemos decir con certeza. Sin embargo, existen varias posibilidades. Una es que vivió y se pasó la mayor parte del tiempo en sitios como el este de la península de Samaná. Efectivamente allí es una sociedad dominicana de negros y lo que describe cae como anillo al dedo. Su visión es la que tendría una persona de ese lugar de lo que es la República Dominicana. Sin embargo, zonas como esa tienen un peso poblacional menor que las zonas donde hay mas gente de tez mas clara en República Dominicana. De hecho, la población de todo Samaná es más o menos el 1% de la población dominicana, una zona poco representativa del país mas muy representativa de ella misma. Otra posibilidad es que D. Gregorio A. y Espalas pertenece a cierta corriente ideológica y/o política que trata de presentar la sociedad dominicana mas negra de lo que es. Hay otras posibilidades que por falta de tiempo y espacio no vamos abundar. Lo cierto es que su descripción de los dominicanos no se corresponde con la realidad dominicana.

Estudio genético 2013: Los dominicanos son españoles mezclados con negros e indios

En noviembre de 2013, los científicos Andrés Moreno-Estrada, Jacob L McCauley, Jake K Byrnes, Carlos Bustamente entre otros colaboraron en el estudio Reconstructing the Population Genetic History of the Caribbean (Reconstruyendo la historia genética en la población del Caribe). Lograron esto analizando la genoma de personas de Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Honduras y Colombia; y comparando los mismos con una base de datos de la genoma de más de 3,000 personas de orígenes europeos, africanos e indígenas americanos.

Los resultados a grandes rasgos

Los resultados a grandes rasgos fueron sorprendentes.

  • La fuente más probable de la ascendencia indígena en los isleños del Caribe es un componente sudamericano compartido entre las tribus amazónicas del interior, América Central y la península de Yucatán (México); lo que sugiere un extenso flujo de genes a través del Caribe en tiempos precolombinos. Este hallazgo coincide con la documentación histórica respecto el origen sudamericano de los indígenas taínos. El aporte indígena está mayormente concentrado en las tres antillas hispanas del Caribe (Cuba, República Dominicana y Puerto Rico) mas es insignificante o nulo en las islas francesas (incluyendo a Haití) e inglesas.
  • Encontraron evidencia de dos pulsos de la migración africana. El primer pulso, que hoy se refleja con tractos más cortos (al estar presente en América por más tiempo, se ha recombinado más veces acortando los tractos en cada generación nueva), consta de un componente genético similar al que existe en las regiones costeras de la África occidental (desde Senegal hasta Liberia, principalmente de las etnias mandinga y brong) que fueron los enfoques de la trata negrera transatlántica en el siglo XVI y están presentes exclusivamente en las poblaciones hispanoamericanas. El segundo pulso, reflejado con tractos más largos, es más similar a las poblaciones de la África centro-occidental (desde la Costa de Marfil hasta Camerún), y apoya lo que registran los documentos históricos respecto a la trata negrera en los siglos XVIII y XIX.
  • Identificaron un componente europeo que está presente en todas las poblaciones hispanoamericanas y que ha divergido significativamente de las poblaciones que le dieron origen en España, presumiblemente como resultado de una población fundadora europea limitada.

Las agrupaciones predominantes de cada nacionalidad

Con el análisis de la genoma, los científicos pudieron detectar que la mezcla racial predominante en cada país se agrupa en distintos lugares entre los orígenes europeos, africanos e indígenas.

  • Los mexicanos se agrupan en gran medida entre los componentes europeos e indígenas, sugiriendo que el mexicano común y corriente es un mestizo español/indígena.
  • Los colombianos y puertorriqueños muestran proporciones grandes de los tres orígenes, indicando que el colombiano y puertorriqueño promedio son productos de una mezcla significativa entre españoles, africanos e indígenas.
  • Los dominicanos se sitúan principalmente entre el grupo de componentes europeos y africanos, indicando que el dominicano promedio es en esencia un mestizo español/negro con un poco de indígena.
  • Los hondureños muestran tener una mayor proporción de ascendencia africana que los mexicanos, sin embargo son mestizos mayormente de español/indígena.
  • Los cubanos muestran la variación más extrema en proporciones de ascendencia africana que van del 2% al 78%. Sin embargo, el cubano promedio es mayormente español mezclado con un poco de africano e indígena.
  • Los haitianos muestran la mayor proporción media de ascendencia de África (84%), indicando que en su mayoría son negros y una minoría mulata producto del cruce francés/africano. El aporte indígena en los haitianos es insignificante. También el aporte africano en los haitianos en gran medida carece de aporte de las etnias mandinga y brong, en ese aspecto diferenciándolos de los hispanoamericanos y evidenciando que se originan del segundo pulso de la migración africana.

Los resultados de los dominicanos

En el análisis genético de los dominicanos, los científicos pudieron comprobar que el dominicano promedio es mulato con un poco de aporte indígena en sus venas. Es decir, el dominicano común y corriente tiene una proporción mayoritaria de genes europeos (españoles), luego le sigue una minoría importante de genes africanos y una minoría de genes indígenas (taínos).

Otro detalle que pudieron detectar en la genoma es la antigüedad de cada aporte genético en la población dominicana. Con ello pudieron estimar el componente racial de la mayoría de los dominicanos durante el transcurso de las últimas 16 generaciones (aproximadamente 500 años). En síntesis, el pueblo dominicano ha sido esencialmente español y mestizo con aporte español mayoritario. Con el pasar del tiempo, la población dominicana se ha amulatado por el aumento del mestizaje. Se puede decir que es un pueblo de origen español amulatado.

Los dominicanos de tez oscura suelen ser mulatos oscuros

En 23andme, compañía líder en el análisis de la genoma, también se ha comprobado lo que se demostró en el estudio citado anteriormente. Por la posibilidad de comparar los resultados genéticos con sus fotos de perfil, en 23andme es mucho más fácil percatarse de un fenómeno interesante y es que hasta los dominicanos de tez oscura, para los cuales cualquier persona podría suponer que deben tener mayor aporte africano en vez de español, son también españoles amulatados. Al parecer, el mestizaje en la población dominicana es tan completo, que los rasgos se heredan aleatoriamente, muchas veces dándole aspectos a ciertas personas que no corresponden con su composición genética.

He aquí algunos ejemplos* de dominicanos de tez oscura que son españoles amulatados. Hemos cubierto los ojos y sus apellidos por motivos de privacidad.

Considerando que la inmensa mayoría de los dominicanos pertenecen a familias multicolores y donde se evidencia una diversidad inmensa de rasgos, los resultados genéticos no deben sorprender a cualquier persona que conoce bien al pueblo dominicano.

Enlace al estudio

A continuación les enlazamos el estudio genético original. Nótese que está en inglés, pero explica con lujos de detalles cómo hicieron el estudio y los resultados.

Reconstructing the Population Genetic History of the Caribbean

* Debemos resaltar que los aportes europeos (azul) y norafricano/medio oriente (morado) deben considerarse principalmente como de origen español, porque en esas migraciones es como se introdujeron esos genes en la población dominicana. Lo europeo porque los españoles son originarios de ese continente y lo norafricano/medio oriente porque en España hubo influencia musulmanes con los moriscos y en algunos cruces con ellos se inyectó este aporte. También en las Islas Canarias muchos de los españoles se mezclaron con los indígenas guanches, quienes tenían vínculos con los bereberes musulmanes de norafrica. Además, una pequeña parte del aporte africano (rosado) llegó con algunos españoles que eran mulatos, según varias fuentes; por lo tanto, a pesar que es difícil saber a ciencia cierta cuántos puntos porcentuales del aporte africano corresponde a las migraciones españolas, se debe mantener en mente este elemento. Por ejemplo, el caso de la primera persona, podemos decir que como mínimo el 51.7% (49.9% europeo + 1.8% medio oriente/norafricano) de su genoma es de origen español, sin cortar la posibilidad que algunos puntos porcentuales del aporte africano también corresponda a algún español mulato que haya migrado como un español libre.