Real Cédula del 28 de febrero de 1789: Comercio de los esclavos

Escena de esclavos siendo introducidos en una embarcación negrera en algún lugar de las costas africanas con destino a América. (Peter Newark American Pictures)

La Real Cédula del 28 de febrero de 1789 fue puesta en vigencia por el rey de España Carlos IV con motivos de animar la agricultura y el comercio en algunos lugares del Imperio Español. Se pretendía aumentar la mano de obra, muy necesaria para las fincas y plantaciones agrícolas. En ese entonces la economía giraba entorno a la agricultura. En este artículo nos enteremos de los lugares donde se aplicaba, quiénes se beneficiaban, la forma que animaría la economía, cómo se llevó acabo en Santo Domingo, otras Reales Cédulas emitidas con la finalidad de ampliar los lugares en los que inicialmente se aplicaba la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 y una la muestra de la Real Cédula del 22 de abril de 1804 en la que hace mención de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 y partes de otras Reales Cédulas relacionadas.

Lugares donde se aplicaba en el Imperio Español

Lo resaltado en rojo era el Imperio Español. (Ostiudo)

La Real Cédula del 28 de febrero de 1789 se hizo con miras a mejorar la agricultura y el comercio en varios lugares del Imperio Español. Por ello, sitios como México, Lima y otros no figuraron entre los sitios a ser beneficiados en esta Real Cédula. En Reales Cédulas posteriores se expande hasta incluir toda la parte del Imperio Español en América. Los únicos lugares en los que la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 se permitía la introducción de nuevos esclavos eran los siguientes.

  • Virreinato de Santa Fé (Nueva Granada)
  • Virreinato de Buenos Aires
  • Capitanía General de Caracas
  • Capitanía General de Santo Domingo
  • Capitanía General de Cuba
  • Capitanía General de Puerto Rico

En la actualidad estos lugares se encuentran en estos países y/o territorios en América Latina.

  • Colombia
  • Argentina
  • Venezuela
  • República Dominicana
  • Cuba
  • Puerto Rico

Aunque lo establecido por la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 aplicaba a todos estos sitios, parece que el sitio que se benefició más fue Venezuela, los alrededores de Caracas en específico. Esto se evidencia en el libro «The Present State of the Spanish Colonies» de William Walton publicado en 1810, a 21 años después de ponerse en vigencia la susodicha Real Cédula y la puesta en vigencias de Reales Cédulas posteriores en beneficio de la trara negrera en todo el Imperio Español en América.

William Walton; «The Present State of the Spanish Colonies», Vol II, 1810; p 143.

«La proporción mayor de esclavos africanos se encuentran en las provincias orientales (Caracas) y en aquellas con las que hacen fronteras, en las cuales la población es como sigue: 10% blancos, 15% esclavos, 20% los descendientes de los esclavos emancipados y las mezclas, y 45% indígenas. En las demás provincias los esclavos tienen una presencia mucho más reducida».

Tomando en cuenta los países la actualidad, la mayoría de los esclavos en la América española estaban en Venezuela y la costa Caribe de Colombia por su vecindad. En el resto de la América española, incluyendo las islas caribeñas de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo; la presencia de los negros era muy pequeña con los blancos y mezclados en las islas y añadiendo a los mestizos e indígenas en el continente siendo una mayoría aplastante dependiendo del lugar.

Beneficiarios españoles y extranjeros

Escena de una plaza en algún pueblo del Imperio Español, en la actual América española o Hispanoamérica.

Los beneficiarios de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 serían los españoles y los extranjeros.

Juan Garrido nació en las alrededores de Guinea, en África, era negro por completo y logró convertirse en español e incluso fue uno de los conquistadores españoles en América. Vivió por un tiempo en Santo Domingo y otros lugares, aunque la muerte lo encontró en México donde tenía a una mujer mexicana como su esposa y había procreado varios hijos con ella. Ser africano y negro de origen no era un impedimento para convertirse español en pleno siglo XVI.

Con los españoles se refiere a todas las personas libres que no eran extranjeras avecindadas en estos lugares del Imperio Español. De aquí se desprende el hecho que entre los dueños de los esclavos habían mulatos e incluso algunos negros libres, siempre y cuando eran españoles. Esto puede contrariar lo que muchos piensan de la misma forma que la idea común de lo que fue un conquistador español en el siglo XVI era un hombre blanco y no un conquistador como Juan Garrido. Este señor no solo era negro, sino nacido y criado en África. No obstante a ello se pudo convertir en español y fue uno de los tantos conquistadores de América, muriendo en el actual México. Igual, en los siglos siguientes se promulga la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 y se produce la primera constitución de España de 1812 en la cual para definir quién es español no hay mención de color o raza. Tanto anterior a la promulgación de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 como posterior, los mulatos y los negros podían ser españoles si cumplían con unos pocos requisitos. Los blancos no eran los únicos españoles, un hecho que contrasta con las de otras nacionalidades europeas como la inglesa o francesa en las que era imposible que un africano de origen o un negro (sin incluir a los mulatos) pudiera ser miembros de esas nacionalidades.

Francisco Menéndez había nacido para 1700 en Gambia, en la costa oeste de África, y terminó como esclavo en el actual Estados Unidos. A pesar que era africano, negro y esclavo; huyó por su libertad a lo que entonces era territorio español, la península de La Florida. Allí fue líder de la milicia de morenos libres de las fuerzas armadas españolas en el Fuerte Mosé del pueblo de San Agustín, el primer pueblo europeo fundado en América del Norte. En el mismo siglo que se promulga la Real Cédula del 28 de febrero de 1789, Francisco Menéndez se convierte en español. Su origen, su raza y su color no fue impedimento alguno para los españoles aceptarlo como uno de ellos. (ABC)

Con los extranjeros se limitaba para incluir a los extranjeros que fungían de comerciantes en las embarcaciones negreras a unos de los puertos en estos lugares del Imperio Español. Los extranjeros avecindados en estos lugares del Imperio Español no gozaban de la misma gracia. Así los extranjeros en embarcaciones eran permitidos atracar en los puertos marítimos en tierra española y vender a los esclavos en los susodicho pueblos solo a los españoles.

La forma que animaría el comercio

Una de las monedas que se usaba en el Imperio Español durante la promulgación de la Real Cédula de 1789. (https://depaulas.com/blogs/knowledge-center/77053187-a-crash-course-on-treasure-coins)

El propósito de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 era animar la agricultura y el comercio, que estaba muy deprimido en los lugares del Imperio Español en donde era de aplicarse. Esta animación de la agricultura y el comercio se produciría al flexibilizar la adquisición de los esclavos, los cuales serían dedicados a las fincas agrícolas cuyos frutos serían exportados y vendidos. La flexibilización de la adquisición de los esclavos incluía la eliminación del pago de todo impuesto aduanal por un tiempo determinado, lo que se traduciría a un menor costo para los compradores de los esclavos. Al reducirse el precio de cada esclavo, aumentaba la cantidad de personas que pudiera comprar uno (o varios) esclavos y dedicarlo(s) a la producción agrícola de su propiedad. Esta gracia se aplicaba tanto a los españoles como a los extranjeros por un periodo de 6 años. Es oportuno señalar que en Santo Domingo esta gracia se aplicó por cinco años y no porque así lo estipulaba la Real Cédula.

Otro detalle que incluía la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 era que se limitaba a la adquisición de personas que habían nacidos como esclavos y hablaban español. Posteriormente se emite la Real Cédula del 24 de enero de 1793 en la que se abría para incluir aquellos captados en África e incluso, el establecimiento de lugares españoles en África para captar y suplir nuevos esclavos al Imperio Español.

Su efecto en Santo Domingo

La parte española de Santo Domingo y su economía en el siglo XVIII. (Modificación de un trabajo de Roberto Cassá)

Si bien la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 se aplicó en varios lugares incluyendo a Buenos Aires en un extremo, ciertas circunstancias hicieron que no tuviera los mismos efectos en todos los sitios. Mientras lugares como Puerto Rico y Cuba se mantuvieron en efecto la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 por más tiempo y esto tuvo un aumento notable de los negros, Santo Domingo no se benefició a la misma magnitud de esta Real Cédula.

Una de las razones principales fue el surgimiento de los disturbios en la parte francesas de la isla en 1791, que se agudizó hasta terminar con la independencia de Haití en 1804.

La otra razón fue la cesión a Francia de la parte española de la isla en 1795. Esto significó que la Real Cédula del 28 de febrero de 1789 dejaría de tener efecto en Santo Domingo, si bien seguía en efecto en los otros sitios del Imperio Español. Contrario a los otros lugares que se beneficiaron por mucho más tiempo, Santo Domingo tuvo en vigencia esta Real Cédula por 6 añitos y encima de ello, fueron años muy inciertos en donde la despoblación de varias familias completas con sus esclavos, que era la parte más últil de todas sus posesiones, se acrecentó.

A partir de 1795 comienza un proceso de despoblación de Santo Domingo. En un principio era organizado y consistía de elementos ligados al gobierno español, el poder eclesiástico representado por la iglesia Católica y los militares españoles (naturalmente incluían a mulatos y a negros). Además, el gobierno español facilitaba a cualquier dominicano que no quería vivir bajo el mando francés a trasladarse con sus muebles, utensilios y esclavos libre de impuestos por dos años a cualquiera de los otros puntos del Imperio Español. La mayoría de los que se fueron prefirieron a Puerto Rico, Cuba y Venezuela. Luego, con la invasión de Toussaint Loverture en 1801, se acelera mucho más el proceso de emigración tomando un carácter de fuga que de una emigración ordenada.

Por tanto, el efecto de por un lado el incremento de los esclavos y por el otro una reanimación de la agricultura y el comercio dominicano, no pudo ser total por las interrupciones de las condiciones dadas en Santo Domingo para ese momento. Esto fue fruto de su vecindad a la parte francesa, luego la cesión del territorio español a Francia y por último la primera invasión haitiana en nombre de Francia. Cuatro años más tarde se produce la segunda invasión haitiana, esta vez liderada por Jean Jacques Dessalines, lo que fue la más sangienta y desastroza de todas las invasiones haitianas y que no hizo más que acrecentar el deseo de muchos de los dominicanos de irse de la isla para siempre. La parte española de Santo Domingo que era una tierra con abundancia agrícola y fertilidad, una belleza natural extraordinaria y un clima perfecto, en poco tiempo se convirtió en tierra de mucho dolor, sufrimiento y tristeza.

Las Reales Cédulas posteriores

Todas las Reales Cédulas se hacían por el rey de España en Madrid.

Si bien no todas estas Reales Cédulas tuvieron efecto en Santo Domingo (la Real Cédula del 22 de abril de 1804 de la que se citan los aspectos de la Real Cádula del 28 de febrero de 1789 y posteriores, se promulgó en un año cuando Santo Domingo ya estaba en su Era de Francia; por ejemplo), enlisteremos solo aquellas que tienen que ver con la extensión a puertos adicionales del Imperio Español estas gracias a la importación y ventas de los esclavos.

  • Real Cédula del 14 de enero de 1794: Se expande para incluir el puerto de Montevideo en el actual Uruguay.
  • Real Cédula del 23 de marzo de 1794: Se habilita para el comercio de esclavos a el puerto de Manzanillo en Bayamo, Cuba.
  • Real Cédula del 21 de mayo de 1795: Se expande a incluir el Virreinato del Perú con la limitación que esto se podía hacer en solo dos puertos, Callao y Palta. Nótese que en este año se firmó la cesión de Santo Domingo a Francia en el Tratado de Basilea.
  • Real Cédula del 12 de abril de 1798: Se extiende a dos años la gracia de importar esclavos el Virreinato del Perú, Virreinato de Buenos Aires y el presidente de Chile.
  • Real Cédula del 15 de abril de 1803: Se habilitan más puertos en el Imperio Español para comercializar con esclavos y estos son Valparaiso (actual Chile), Guayaquil (actual Ecuador) y Panamá.

Cédula Real del 22 de abril de 1804 con información de la Real Cédula del 28 de febrero de 1789

Si existió la esclavitud en toda América, ¿por qué hay pocos países mulatos?

Grupo de niños dominicanos en una competencia de ajedrez en calle El Conde, Santo Domingo. La República Dominicana es un país de mulatos, convirtiéndolo en una rareza entre los países.

Uno de los dilemas más presentes cuando se piensa en por qué las poblaciones de América en la actualidad son como son es la incógnita siguiente: si existió la esclavitud en toda América, ¿por qué hay pocos países mulatos?

La República Dominicana es el país más mulato de América y con la proporción en su población más alta en el mundo. Para colmo, casi no hay países mulatos, pues la República Dominicana es el más grande de cinco países mulatos en el mundo y cuidado si nos estamos excediendo. En la zona del Caribe lo más común son países de negros excepto unos pocos en cuales se encuentra nuestro país de mayoría mulata.

Aquí trataremos de explicar esta particularidad.

La esclavitud en América

La esclavitud precede el descubrimiento de América en 1492, tanto en el Viejo Mundo, pues hasta en la Biblia se habla de esclavos a pesar que es un libro de hace miles de años, como en el Nuevo Mundo con la esclavitud ya practicada en varias tribus y civilizaciones indígenas a la llegada de los españoles. Con la llegada de los españoles a América, a los pocos años inició la esclavitud de los africanos en nuestro continente. De hecho, los primeros africanos que cruzaron el océano Atlántico en condición de esclavos llegaron a nuestra capital de Santo Domingo. La Ciudad Primada de América fue la primera en tener negros y desde entonces hasta nuestros días ha tenido negros. Lo único que cambia es que en determinadas épocas eran más o eran menos en proporción de la población, pero siempre estuvieron ahí.

Sin embargo, la esclavitud no se practicó de la misma manera en toda América y si bien la esclavitud de africanos existió en todo el continente, los mismos no llegaron en las mismas cantidades en todas partes ni en todos los tiempos. Como bien se puede observar en el mapa a continuación, la mayoría de los africanos traídos a América terminaron en tierras de ingleses y franceses y no de los españoles.

Importación de africanos en condición de eslavos desde 1619 a 1808, el periodo en que se introdujeron a América la mayor cantidad de negros. Nótese dos cosas: a) la mayoría de los negros fueron llevados a territorios no españoles en América y b) Santo Domingo y Puerto Rico fueron de los que menos negros recibieron en el Caribe. En el mismo sentido, las islas inglesas del Caribe y Haití (colonia francesa de Saint-Domingue) recibieron la inmensa mayoría de los negros llevados al Caribe. En el Caribe español, Cuba fue la que recibió a la mayoría de los negros traídos por los españoles.

¿Qué produce a una sociedad mulata?

Utilizando la lógica, una sociedad mulata se produce con la mezcla generalizada de blancos con negros. Esto quiere decir que no es suficiente que un sitio tenga esclavitud para producir una sociedad mulata. Se necesita una población de blancos lo grande suficiente y unas condiciones sociales donde no exista un prejuicio racial severo y no existan barreras a las mezclas raciales.

Además, es imposible que si en una sociedad la mayoría de los blancos tienen esclavos, que se produzca una sociedad mulata por los hombres blancos «echarle manos a las esclavas». De hecho, en todas las sociedades americanas con mayoría de negros existe una minoría muy pequeña, comúnmente de un dígito porcentual, de mulatos y en su mayoría estos son descendientes de procreaciones en relaciones sexuales entre amos y esclavas. Quiere decir que en todas las sociedades donde hubo esclavitud, una pequeña parte de la población es producto en su origen de estas relaciones pecaminosas. De esto no se escapa la sociedad dominicana, sin embargo no explica que esta sea una sociedad de mayoría mulata cuando la mayoría de los países caribeños y cercanos los mulatos son minoría y los negros son mayoría.

La razón de por qué es diferente en República Dominicana se debe a varios aspectos:

a) Los negros nunca fueron mayoría en nuestro país, aunque si hubo y hay algunas zonas donde los negros son una mayoría absoluta.

b) La cantidad de blancos debió ser grande en relación a la cantidad de negros en nuestros país, contrastando con lo ocurrido en la mayoría de las islas del Caribe.

c) La inmensa mayoría de los españoles en nuestro país no tenían esclavos, por tanto es imposible que la inmensa mayoría de los mulatos dominicanos sean originarios de una relación sexual pecaminosa. Podemos ver que en todos los países donde hubo esclavitud hubo este tipo de relaciones sexuales pecaminosas, mas los mulatos siempre han sido una minoría muy pequeña en todos los países excepto el nuestro.

d) Nunca existió una prohibición legal y/o social hacia las mezclas raciales, y tuvo que tener un prejuicio racial muy bajo para que se produzca una mezcla. Con ello se facilitó la fusión de ambas razas en nuestro país.

Porcentaje del aporte genético europeo o blanco en la población promedio de América. Nótese que en países de mayoría negra tienen el mínimo en amarillo, contrastando con nuestro país de mulatos. Sucede algo similar en países donde los blancos son mayoría en rojo.
Acercamiento al Caribe.

La escasez de países mulatos

Lo ocurrido en República Dominicana es tan único que al día de hoy es el país mulato más grande del mundo. La escasez de países mulatos es real, contabilizados en los dedos de una mano. Más que avergonzarnos de nuestra realidad mulata manifestándolo en muchas formas incluyendo adoptando identidades y pasados propios de otros países, los dominicanos debemos exaltar nuestra realidad mulata. No hay nada malo en ser diferente y nada mejor que ser auténtico con uno mismo. La aceptación del mulato, sea del color que sea, es aceptándose como tal y no esconderse en etiquetas identitarias que no son fiel con su realidad mulata. No importa si en Estados Unidos se hace así, en Europa se hace asá o lo que sea; en nuestra República Dominicana se hacen las cosas a su manera y no es ni más correcta o menos correcta que lo de otros países.

¿Por qué la RD es de mayoría mulata si en los países donde hay una herencia africana abundante tienen mayoría de negros?

Otra paradoja que se vislumbra es que la mayoría de los países cercanos a la República Dominicana tienen una herencia africana abundante, producto de la esclavitud. Estos son en su mayoría países de negros y cualquier dominicano lo puede evidenciar visitando países negros como Haití, Jamaica, Santa Lucía o Barbados por mencionar a algunos. Al regresar a la República Dominicana se nota la condición de mulato de la mayoría de los dominicanos.

Esto evidencia una realidad, la mayoría de los países con herencia africana abundante son países de negros. A parte de tener esa herencia aplastante en la población, otras herencias como la europea o la indígena son muy pequeñas o no existen. Sin embargo, en la República Dominicana la herencia africana es abundante y, a la misma vez, la herencia europea es abundante también mientras la indígena, si bien es una pequeña parte de las personas, es algo generalizado en la población también. Esta diferencia hace que la realidad dominicana es de un país mulato más que cualquier otra cosa.

Cada lugar tiene su propia historia

Lo más importante es reconocer que cada lugar y cada país tiene su propia historia. Lo que le dio origen a las sociedades contemporanias puede ser similar entre dos o más sociedades, mas no es idéntico. Por ello, no se puede asumir que la realidad histórica de un lugar es aplicable a otro lugar. Esto es más relevante cuando se trata de la República Dominicana debido a su peculiaridad que lo hace en el país mulato más grande del mundo. Tenemos nuestro propio pasado y ello se manifiesta en muchas cosas incluyendo la sangre que corre por nuestras venas. Ese pasado único de nosotros merece admiración y respeto, lo cual se pierde cuando se quiere aplicar una realidad histórica o identidad propia de otro país y no del nuestro.

Recomendación

Para seguir entendiendo el mulataje de la República Dominicana, les recomendamos los artículos siguientes.

El trato a los esclavos en el Santo Domingo español

La migración de los africanos a la República Dominicana

La migración española a la República Dominicana

El pueblo dominicano es mezclado, no reemplazado

Comparando a la República Dominicana con otros países en GSV

La migración de los africanos a la República Dominicana

Los africanos llevados a Santo Domingo durante el siglo XVI se veían de esta manera, como la mayorís de los africanos de hoy. Su color de piel negro, mas oscuro que la de cualquier otro tipo de gente en la República Dominicana, explica el por qué los llamaban «los negros». Con mas de cinco siglos de mezclas entre españoles, taínos y africanos a hecho que el grueso de los dominicanos actuales luzcan diferentes. Sin embargo, el legsfo de los africanos ha sobrevivido y continúa en la República Dominicana.

Introducción de los africanos en Santo Domingo

La mayoría de los africanos introducidos en Santo Domingo directamente de África fue en los 1500´s y estos eran del área de Senegal, especialmente de étnias como los brongs y la mandinga (viven entre Senegal y Mali). De hecho, de esa zona eran los africanos introducidos en América en esa época y como quienes dominaban ese tráfico eran los españoles (el transporte y la venta en sí lo hacían los portugueses), notarás que todos los latinoamericanos con siquiera un rastro africano tienen de mandinga y de brongs. El aporte africano en las zonas anglófonas y francófonas de nuestra América carecen aporte significante de esas étnias.

Segundo impulso 

El segundo impulso de introducción africano en América tuvo lugar esencialmente en el siglo XVIII (1700’s), estaba dominado por los franceses y los ingleses, y los extraían más al sur, es decir en el golfo de Benín (Gana, Costa de Marfil, Nigeria, Camerún, Congo esencialmente). En esta época hubo algunas importaciones de africanos a Santo Domingo, pero estas no se hacían directamente de la África. Más bien se adquirían en Cabo Francés (hoy Cabo Haitiano) y las pocas embarcaciones mercantiles que anclaban en Santo Domingo vendían algunos esclavos en especie (los dominicanos les daban víveres y demás comestibles en cambio por esclavos). También se armaron algunas aventuras de piratas dominicanos que atacaban las embarcaciones de otras naciones en el mar Caribe y les hacían un atraco de las cosas valiosas y si tenían negros estos formaban parte del botín. 

En la izquierda se vislumbra la tambora dominicana, presente en varios géneros musicales de la República Dominicana. La tambora dominicana tiene su orígen en la tambora de Guinea, la cual ha permanecido por generaciones sin ningún cambio estructural. Sin lugar a dudas, este instrumento que se ha convertido en uno de los símbolos de la dominicanidad es uno de los leganos que nis dejaron nuestros ancestros africanos.

Los fugitivos de los franceses

El otro elemento de introducción de africanos en ese siglo, aunque estos no formaron parte de los esclavos, eran los esclavos fugitivos de los franceses. En ese entonces el Gobierno español tenía una ley en vigencia que dictaba la libertad inmediata a cualquier esclavo de nación extranjera (es decir Francia) que por cuenta propia pisara suelo español (es decir dominicano). A estos negros de los franceses no solo se les daba su libertad, sino que se le garantizaba la misma al convertirlos en sujetos del Rey de España, lo que hacía de cualquier maltrato o intento de privarle de su libertad una ofensa al mismo Gobierno español y suponía una represalia por parte de las autoridades. Esta medida mantenía a los colonos franceses temerarios de cruzar las fronteras en busca de sus ex-esclavos e incluso fue una de las razones por las que les mandaban cartas a Francia metropolitana para que hicieran la conquista del Santo Domingo Español por la fuerza si era necesario.

La cantidad de los negros

La mayor cantidad de esclavos que se logró tener en la parte española de la isla se estima en unos 10,000 a 15,000 de una población total que rondaba los 125,000; es decir alrededor del 10% +/- (en la parte francesa había más de 800,000 esclavos y formaban casi el 90% de dicha población, todos importados en los 1700´s prácticamente). El grueso de la población consistía de personas libres entre blancos y personas de color, con un predominio de personas de tez blanca, entre caucásicos y mestizos o mulatos con aspecto caucasoide. De hecho, la mayoría de las personas de color eran libres. 

El chicharrón es tenido por delicias en la culinaria dominicana. Proviene como uno de los alimentos que se le daba a los esclavos africanos en la isla de Santo Domingo. Originalmente su consumo se limitaba a los africanos, hoy día es una delicia esencial de la culinaria dominicana.

Descripción de Moreau de Saint Mery

Si nos llevamos de la descripción que hizo el colono francés Moreau de Saint Mery (vivía en Haití, pero visitó por mucho tiempo la parte española esencialmente para escribir sus libros que describían minuciosamente la isla completa en todos los aspectos), dice que en la población de la parte española de la isla la gente de color libre eran pocos comparado con los blancos, sin embargo eran muchos comparados con los esclavos. También dice que en muchos de los colonos españoles (es decir los blancos) tenían un o dos rasgos que apuntaban a alguna mezcla remota, además que mientras exista tan pocos negros dispersos por el territorio a los españoles se les haría difícil sacar el mayor provecho de la riqueza de la tierra.

Moreau de Saint Mery decía con mucho entusiasmo la gran cantidad de esclavos africanos que podía llenar a la parte española de la isla si fuera colonia francesa. Su entusiasmo no se debía a algún trastorno psicológico, sino que en esa época la riqueza de un lugar estaba íntimamente ligado a la cantidad de esclavos que se poseía. De hecho, los franceses convirtieron su pedazo de la isla en una de las colonias más ricas en la historia de la humanidad y lo hicieron llenando de africanos cada rincón del oeste de la isla de Santo Domingo.

Época haitiana

En la época de la Dominación Haitiana (1822-1844) se introdujeron más negros (haitianos y estadounidenses) por iniciativa del Gobierno haitiano que deseaba una población negra africana poblando la isla completa. Incluso, el Gobierno haitiano tenía leyes que incomodaban a los blancos, precisamente para incitarlos a que emigraran, y con eso se lograba un oscurecimiento de la población en la parte española o dominicana. 

Cuadro del pintor dominicano Yoryi Morel de 1959. Se titula «Fiesta Campesina». Es de una escena rural mientras se tocaba el merengue típico, música de la República Dominicana que mezcla los elementos europeos, taínos y africanos en la lírica, instrumentos y forma de bailarlo. A mano derecha se ve un joven tocando la tambora dominicana.

A partir de los 1870’s 

Luego a partir de los 1870´s se comienza a desarrollar la industria azucarera, la cual importaba algunos trabajadores puertorriqueños y muchos negros de las islas inglesas y, a partir de los 1920´s los negros ingleses fueron sustituidos por los negros haitianos; paulatinamente influyó en la composición étnica en las zonas azucareras, que hasta entonces eran áreas de escasísima población.

Nuestra época

En nuestra época existe la migración masiva y clandestina de haitianos, lo que indudablemente aumenta la población negra de este país. En países donde los esclavos fueron mayoría hoy son de mayoría negra, no mulata ni mestiza ni blanca.

El legado de los africanos es evidente en la mezcla de los dominicanos sean ricos o pobres, jóvenes o viejos, hombres o mujeres. Un dominicano no puede esconder uno de sus orígenes.
Con mas de 500 años de mestizaje significa que las características de los africanos, los españoles y los taínos formen parte de la mayoría de los dominicanos. Lo único que cambia es la proporción, no los componentes.
Entre los antepasados de los dominicanos se encuentran los africanos que llegaron en el siglo XVI, en esencia los primeros africanos de América. Para muchos que no son hispanoamericanos puede ser chocante al percatarse que los africanos de América hablaban español y portugués mucho antes que surgieran otros africanos que hablaran inglés, francés u otras lenguas europeas. Quedan sorprendidos al percatarse que la religión que profesaban la mayoría de los africanos en América era la católica romana. Mucho mas sorprendente es darse cuenta que tenían mas de un siglo antes que los franceses e ingleses llevaran africanos a sus colonias americanas.
La historia ancestral de la República Dominicana mira de regreso a un extranjero cada vez que tiene contacto con un dominicano. El primer mestizo del mundo, el primer zambo del mundo y el primer mulato de América nacieron en esta tierra. El primer lugar de América donde se asentaron los europeos y el lugar donde ha habido presencia europea por mas tiempo es en la República Dominicana. La primera tierra pisada por la planta de los pies de los africanos hace mas de 500 años también fue en esta tierra dominicana.
Tatico Henríquez contando «Corrida de Santa Ana» en el merengue típico de la República Dominicana. Nótese la incorporación de la tambora, legado sin modificación de los africanos que llegaron a Santo Domingo.

El trato a los esclavos en el Santo Domingo español

La esclavitud es quizás uno de los temas más controversiales en toda América. Al analizar esta temática, se debe mantener ciertas consideraciones en cuenta, dentro de las cuales se incluye que la esclavitud es tan vieja como la humanidad misma. Incluso aparece en la Biblia tanto el deber de los esclavos hacia sus dueños como el de los dueños hacia sus esclavos.

Al iniciarse la época del descubrimiento y la conquista de América en el siglo XVI, y a pesar que la historia universal relata que el clamor por los derechos y la igualdad del hombre surge en la Revolución Francesa de finales del siglo XVIII, la realidad es que fue precisamente en nuestra histórica capital de Santo Domingo donde casi tres siglos antes los frailes españoles Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas inician el clamor por el respeto a los derechos y la igualdad de todos los hombres. Estos reclamos influyeron en la modificación de la conducta de los españoles hacia sus esclavos, a tal nivel que los esclavos españoles eran los mejor tratados y los que gozaban las mayores indulgencias en América. Es casi natural pues, que el Santo Domingo español se convirtiera en el escenario donde los esclavos fueron tratados como si fuesen meros compañeros en vez de esclavos, como lo dijo en una ocasión Moreau de Saint-Mery.

A continuación les presentamos varias pruebas originales de textos de los siglos XVIII y XIX donde se atestigua el trato que se les dio a los esclavos en la América española y especialmente en el Santo Domingo español. Esta es la base de las relaciones cordiales entre las distintas razas que ha caracterizado a lo interno de la sociedad dominicana desde hace siglos, lo que contrasta con otras sociedades, como la de Estados Unidos, donde han tenido una historia racial muy lamentable.

Santo Domingo español fue de las colonias con menos esclavos

En Atlas of World History (Atlas de historia mundial) aparece el siguiente mapa, donde se pone en evidencia que el Santo Domingo español fue de las colonias con menos esclavos.


La mayoría de los españoles en Santo Domingo no tuvieron esclavos

Era imposible que la mayoría de los españoles tuviesen esclavos cuando los esclavos eran la minoría más pequeña de la población.

El sacerdote español natural de Cotuí Antonio Sánchez Valverde, en su obra Idea del valor de la isla Española y utilidades que de ella puede sacar su monarquía, publicada en Madrid en 1785, explica que de una población de por lo menos 125,000 personas, solo el 11% (14,000) como mucho eran esclavos.

Posteriormente Sánchez Valverde reafirma que los criollos, en otras palabras los españoles nacidos en la parte española de la isla, superaban con creces a los negros, a los cuales se refiere como africanos.

Unos años después, el francés y natural de Martinica Moreau de Saint-Mery, quien se familiarizó bastante con el Santo Domingo español en una larga visita que hizo a finales del siglo XVIII, en su obra A Topographical and Political Description of the Spanish Part of Santo Domingo (Una descripción topográfica y política de la parte española de Santo Domingo), la versión traducida al inglés fue publicada en 1798, presenta el cuadro demográfico de esta manera.

La población de la parte española [de Santo Domingo] está compuesta por tres clases; los blancos, de quienes ya he mencionado, la gente libre de color y los esclavos. La gente libre de color es poca si la comparamos a los blancos, pero mucha si la comparamos a los esclavos.

Es por ello que se puede estimar que para la época los blancos constituían aproximadamente el 70% de la población dominicana, la gente libre de color (en su mayoría mulatos) consistían el 19% y los esclavos (en su mayoría negros) el 11% restante.

Moreau de Saint-Mery resalta el trato que se les daba a los esclavos en el Santo Domingo español

Moreau de Saint-Mery presenta con lujos de detalles el trato que se les daba a los esclavos españoles de Santo Domingo. Resaltamos estos aspectos por dos razones principales:

  • Saint-Mery era un francés y en esa época la rivalidad entre los españoles y los franceses hacía que con frecuencia los segundos se burlaran y presentaran una imagen desfavorable de los primeros.
  • La forma tan detallada que Saint-Mery describe las cosas elimina cualquier duda sobre el trato que los españoles les daban a sus esclavos era humanístico y no que parecía humanístico en comparación con el trato que recibían los esclavos en las colonias de otras naciones.

Es preciso puntualizar que el trato humanitario que caracterizó la mayoría de las relaciones entre los esclavos y sus dueños españoles es la base de donde surgen las relaciones raciales cordiales que ha caracterizado a la sociedad dominicana desde hace siglos.

Por un principio religioso que han adoptado los españoles de Santo Domingo, el legado de la libertad que un dueño le deja a sus esclavos es aceptado como un acto piadoso; y como son los sacerdotes quienes han inculcado esta creencia, no debemos sorprendernos que es muy común ver a muchos esclavos emancipados en los testamentos de sus dueños.

Una relación ilícita (amores entre el dueño y su esclava) con frecuencia le produce la libertad a ella quien lo ha inspirado (seduce a su dueño) al igual a aquellos que son sus frutos (los hijos mulatos que nacen de esa relación).

En este punto en particular queremos citar a Sánchez Valverde quien en 1785 dice lo siguiente respecto a la mayoría de las relaciones amorosas que surgían entre dueños y esclavas.


Ahora volvemos a citar a Moreau de Saint-Mery en otros puntos que ponen en evidencia el trato que se les daba a los esclavos en el Santo Domingo español.

El prejuicio de color (racismo), tan poderoso en otras naciones en las cuales fija una barrera entre los blancos y la gente libre de color y sus descendientes, es casi desconocido en la parte española de Santo Domingo.

Todas estas leyes [que privan a la gente libre de color de muchos derechos] son absolutamente desatendidas en la parte española [de Santo Domingo].

La constitución política de la colonia no hace diferenciación alguna entre los derechos civiles de los blancos y los de la gente libre de color.

Respecto al sacerdocio, la gente libre de color es admitida sin dificultad, de acuerdo con los principios de la igualdad que forma la base de la religión cristiana.

Con la eliminación del prejuicio de color (racismo) surge la lenidad hacia los esclavos.

[Los esclavos] son alimentados tan bien como sus dueños y son tratados con una suavidad que es desconocida en las colonias de otras naciones.

Mientras los negros sean tan pocos y esparcidos sobre un territorio tan grande, nunca podrá haber más que unos pocos por aquí y por allí; y, siendo imposible en ese estado de cosas someterlos a una disciplina exacta, que es provechosa solo para los pueblos y las industrias grandes, el trato [que reciben los esclavos] será análoga a la situación de sus dueños, para quienes son más como compañeros en vez de esclavos.

Las leyes coloniales españolas someten al negro cimarrón al castigo de flagelación y marcas con hierro caliente; el negro no puede ausentarse sin el permiso escrito de su dueño; si uno se atreve pegarle a un blanco puede ser castigado con la pena de muerte; y a todos se les prohibe portar armas. Pero, como ya he dicho, estas leyes [de castigo] son ignoradas en Santo Domingo. Sin embargo, cuando la corte real debe oír y dictar la justicia a los esclavos que piden su libertad o que se quejan de maltratos, estos son obedecidos al pie de la letra.


La minoría de los españoles que tenía esclavos trabajaba con ellos

Una de las características particulares en las colonias españolas y especialmente en el Santo Domingo español es que los mismos dueños solían fajarse en las labores del campo palmo a palmo con sus esclavos. Esto se debía a que la mayoría de los dueños solo tenían dos o tres esclavos como mucho, lo que hacía necesario que el mismo dueño se involucrara en las labores y, además, involucrar a sus hijos varones también. Esta circunstancia también creaba las condiciones para que el dueño conociera bien a sus esclavos y estos a sus dueños y la familia. Producía una suavización en la relación entre ambos y un apego que trascendía la jerarquía y terminaba, como lo dice Moreau de Saint-Mery, más como compañeros que como esclavos.

Antonio Sánchez Valverde dice lo siguiente respecto a la vida de un típico dueño de esclavos en el Santo Domingo español.

Luego Sánchez Valverde describe la vida de los dueños de esclavos más ricos del Santo Domingo español. Nótese que aún siendo de los ricos del país y dueños de mucho más esclavos de lo que era normal en la parte española de la isla, la mayoría de estos tenían que hacer las labores palmo a palmo con sus propios esclavos.



La Instrucción para los dueños de esclavos en todos los dominios [españoles] de América de 1789

En los archivos de la Biblioteca Nacional de España descubrimos la copia original del manuscrito de Instrucción para los dueños de esclavos en todos los dominios de América. El manuscrito se encuentra en su fase final antes que fuera transcrito tal como aparece para ser promulgado por el rey de España en 1789 y fuere aplicado en toda la América española.

Puntualizaciones respecto la Instrucción para los dueños de esclavos etc

Antes de presentarles el manuscrito, queremos resaltar las siguientes puntualizaciones del mismo que nos ayuda entender mejor lo que fue la esclavitud en Hispanoamérica desde la óptica legal.

  • Tiene un énfasis en hacer útiles a los esclavos sin poner de lado el respeto que dicta los principios de la religión y reconociendo siempre la humanidad ante todo.
  • Reconoce a los esclavos no como propiedad absoluta, sino como seres humanos.
  • Reconoce que los esclavos, como seres humanos, tenían almas; y por ello dicta que debían ser instruidos en los principios de la religión católica para prepararlos para el bautizo.
  • El procurador de las cortes de cada distrito estaba obligado a fungir como protector de los esclavos, a quien los esclavos podían acudir en caso que se les violara sus derechos.
  • Los dueños estaban obligados a suministrar los alimentos diariamente a sus esclavos, mas la vestimenta ajustada a las edades y sexo de los esclavos mas de la misma calidad que la ropa que usaban los trabajadores que no eran esclavos.
  • Todos los días de trabajo se les daba dos horas a cada esclavo varón de al menos 18 años para que atendiera el cultivo de la parte del terreno que los dueños estaban obligados proporcionarle para beneficio personal del esclavo y su familia.
  • Se prohibía que los esclavos trabajasen en los días feriados, ni siquiera para su propio provecho. Los dueños estaban obligados a dejar que los esclavos festejasen en los días feriados como les plazca, tan solo velando para que no se excedieran en el consumo de alcohol.
  • Tenían que proporcionarles viviendas dignas a los esclavos, separando a los sexos solteros, con camas cómodas y una habitación por esclavo o en su defecto no asignar más de dos por habitación. Los esclavos enfermos debían tener habitación propia y el dueño estaba obligado en asistirlo en sus necesidades hasta que se sanara. Si requería hospitalización, el dueño debía llevarle su alimentación; y si fallecía tenía que costear el entierro.
  • Se prohibía que se le diera libertad a los esclavos menores de edad, viejos o enfermos. Tampoco se les podía obligar a trabajar, sin embargo el dueño debía alimentarlos. Solo se podía concederle la libertad si demostraba que podía proveerles recursos para que pudieran mantenerse sin necesidad de auxilio de un tercero ni del Estado.
  • Se debía incentivar el matrimonio entre los esclavos y la formación de familias, mas el dueño no podía prohibir los casamientos con esclavos de otro dueño. Si la distancia que separaba a una pareja de esclavos casados era muy grande, el dueño del varón estaba obligado a comprar la esposa para que el matrimonio se mantuviera unido y los hijos crecieran con sus padres.
  • Los esclavos estaban obligados a respetar y obedecer a sus dueños y venerarlos como si fueran sus padres.
  • Si un esclavo cometía una falta o un delito contra su dueño o la familia de éste o al mayordomo, el dueño o el mayordomo debía castigarlo como castigaría a su hijo. Si en el castigo el dueño o mayordomo le producía marcas en la piel, efusión de sangre o lo invalida; el dueño debía ser sometido a la justicia y el esclavo sería representado por el protector de los esclavos.
  • Los sacerdotes, jueces especiales y demás personas designadas por ley debían ir a las haciendas y revisar a los esclavos para evidencia de maltrato o inducirlos para que los esclavos mismos contaran cualquier caso de abuso cometido por sus dueños. Si se comprobaba algún abuso, el dueño sería sometido a la justicia.
  • Los dueños que no cumplían con las instrucciones establecidas, la primera vez debía multarse cien pesos, la segunda vez trescientos pesos y la tercera vez seiscientos pesos. Es oportuno aclarar que cien pesos de finales del siglo XVIII equivaldría a decenas de miles de pesos al día de hoy.
  • Los dueños que se excedían en los castigos a los esclavos eran enjuiciados como criminales, se le confiscaba al esclavo y, en el caso que el esclavo quedara invalidado para trabajar, debía otorgarle la manutención y la vestimenta por el resto de la vida del esclavo.
  • Cada año los dueños tenían que suministrar a las autoridades una lista firmada y jurada de sus esclavos. Cualquier esclavo que no apareciera en una lista posterior, su ausencia debía ser explicada con evidencias. Si el dueño no lo hacía o se sospechaba que el esclavo sufrió una muerte violenta, el dueño sería enjuiciado por el crimen.

Instrucción para los dueños de esclavos etc en su estado original y completo














El buen trato hizo que los esclavos defendieran a sus dueños españoles en la invasión de Dessalines en 1805

No es sorpresa pues, que en la invasión con intenciones genocidas que hizo el haitiano Jean Jacques Dessalines en 1805 los mismos esclavos españoles lo enfrentaron y defendieron a sus dueños de los atropellos. Tal queda demostrado en muchos relatos, incluyendo este que en 1871 aparece en el libro del estadounidense Samuel Hazard Santo Domingo Past and Present with a Glance at Haiti (Santo Domingo en el pasado y el presente con un vistazo a Haití).

Los dominicanos se unieron a los franceses; y el terror creado por las crueldades y el nombre de Dessalines se había esparcido por toda la isla de tal manera que los mismos esclavos de la parte española lo enfrentaron en defensa de sus dueños, porque el buen tratamiento les había fortalecido el amor que les tenían.

William Walton describe el trato de los esclavos españoles en la práctica en 1810

En 1810 el inglés William Walton, quien vivió muchos años en la América española incluyendo en la parte española de Santo Domingo, publicó una obra de dos tomos titulada The Present State of the Spanish Colonies: Including a Particular Report of Hispañola or Spanish Part of Santo Domingo (El estado actual de las colonias españolas, incluyendo un reporte particular de La Española o la parte española de Santo Domingo). El capítulo XXI del tomo II se lo dedicó al trato que se les daba a los esclavos en Hispanoamérica.

Un impedimento considerable del progreso material de las posesiones españolas es la gran cantidad de días festivos que interfieren con las labores en las fincas, mas el régimen relajado con el cual gobiernan a los esclavos.

Con frecuencia los españoles son presentados como unos amos tiránicos y severos, pero esto no es cierto en lo absoluto. En Hispanoamérica los amos son humanísticos con frecuencia al extremo, y las indulgencias de las que gozan los negros no son compatibles con sus hábitos y carácter…


…Los españoles han hecho unas regulaciones muy imperfectas; lo que existe es un ensamblaje de excepciones y regulaciones en las que impera la humanidad más que la ley.

Los españoles se familiarizan mucho con sus esclavos; mas en vez de enseñarles las doctrinas de la moralidad y la virtud, les enseñan una serie de rezos cuyos objetivos son pocas veces explicadas y los cuales se aprenden por el hábito de la repetición.

…[Los esclavos] tienen un exceso de tiempo libre y gozan de más indulgencias que los esclavos de cualquier otro país.

Los esclavos tienen el derecho a la redención y en cualquier disputa con su amo tiene el privilegio de elegir su árbitro. Si no está contento trabajando para una persona en particular, si ha sido maltratado, y puede demostrar motivos suficientes y otro comprador, la ley obliga al amo a hacer la transferencia; o si el esclavo amasa ahorros de 300 dólares puede pedir su libertad al ofrecer el pago…


Los esclavos pueden recurrir a comisarios o jueces de la paz en casos de sufrir maltratos por sus dueños.

Entre los españoles la piedad pone la libertad de los esclavos entre las ofrendas aceptadas a Dios y muchas veces forma parte de los testamentos, en efecto depravando a un sucesor de la herencia. Generalmente se reserva para los últimos días de la vida [del dueño]…

En las colonias españolas los esclavos emancipados se convierten en ciudadanos del Estado en igualdad, pueden servir en las fuerzas armadas y gozan los mismos derechos de aquellos que nacen en libertad, con muy pocas excepciones que son más tinturas de etiquetas en vez de privaciones constitucionales…

El hombre que trata de insultar a un liberto aludiendo a su origen negro, sin importar qué tan remoto es ese origen, se convierte aceptable enjuiciarlo ante la ley.

El decreto de 1844 que refortalece la abolición de la esclavitud en República Dominicana

Tras producirse la independencia dominicana el 27 de febrero de 1844, se esparció entre la población de color el rumor que se pretendía restablecer la esclavitud. Se presume que este rumor fue creado y esparcido por agentes haitianos con el motivo de lesionar la unión nacional y debilitar el naciente Estado dominicano, lo que en un futuro podía crear las condiciones para los haitianos subyugar una vez más a los dominicanos. Para desmentir esta falsedad, el 17 de julio de 1844, casi cuatro meses después de lograrse la independencia y tres meses después que los haitianos inician la cuarta invasión que inicia la guerra de la independencia dominicana que duraría doce años, la junta gubernativa dominicana dicta un decreto.

Nótese los siguientes detalles que aparecen en el decreto.

  • Refuerza que la esclavitud no será restablecida en República Dominicana.
  • Dicta que cualquier negro que llegue a tierra dominicana en condición de esclavo recibe su libertad tan pronto pisa el territorio nacional.
  • Amenaza con castigar con pena de muerte a cualquier dominicano, sin importar rango social, que se dedique a la venta de esclavos. Al no precisar si esto se limitaba al territorio dominicano, es de entenderse que a los dominicanos se les prohibía lidiar con eso en cualquier parte del mundo y aún si era para beneficio de otras naciones.
  • Pedro Santana promulga este decreto, además de otros firmantes que aparecen al pie del mismo como los señores Bobadilla, Delorbe, Félix Mercenario entre otros.