Las implicaciones a los dominicanos de la Ordenanza del Rey de Francia de 1825

La independencia de Haití tuvo una faceta muy peculiar y es que fue la única independencia de América que requirió el pago de una indemnización a su antigua metrópoli. Según algunos historiadores, esta imposición cementó uno de los tropiezos fundamentales en el deterioro continuo de Haití como sociedad y economía.

El pago de esa indemnización fue aceptada por el gobierno de Jean Pierre Boyer en 1825 como requisito para que Francia reconociera la independencia de Haití. La decisión tomada por Jean Pierre Boyer fue muy impopular en Haití y mucho mas entre los dominicanos. Los haitianos se sintieron ofendidos que su propio gobierno aceptara tal humillación, mientras los dominicanos se negaban a pagar ni un céntimo en impuestos para saldar esa deuda aludiendo a que nunca fueron súbitos de Francia y por lo tanto no tenían ninguna obligación para con ello.

Hemos encontrado la Ordenanza del Rey de Francia original. En ella se manifiesta varios detalles que nos llamaron mucho la atención con respecto a las implicaciones que esto tuvo para los dominicanos.

Falta de legitimidad de la invasión haitiana de 1822 a 1844

A pesar que desde 1822 los dominicanos estaban sometidos al yugo haitiano, en la ordenanza se nota que fuera de la isla la invasión haitiana no tenía legitimidad.

Primero, siempre hace mención de la parte francesa de Santo Domingo, aludiendo a la antigua posesión de Francia en la isla. Nótese que el mero hecho que el gobierno haitiano se había apoderado de la parte española de la isla, no le concedió un reconocimiento automático de ese atropello contra los dominicanos. Por ello, la ordenanza menciona mucho la parte francesa de la isla, lo que implícitamente conlleva a que aun existía la parte española, si bien estaba sometida en una crisis de gobernabilidad por la intromisión de los haitianos.

Segundo, en el Art 3 dice que cuando se salde la deuda, Francia le reconocerá la independencia a los habitantes de la parte francesa. Es decir, Francia le concedía la libertad política a los haitianos mas no a los dominicanos.

Es oportuno señalar que la Era de Francia en Santo Domingo culminó en la práctica en 1809 en la guerra de la Reconquista y oficialmente en 1814 cuando en un tratado el gobierno francés le devuelve la parte española a España, aunque España gobernaba la parte española desde 1809 por petición de los dominicanos. Incluso, en la Constitución de Cádiz de 1812 se incluye a la parte española de Santo Domingo como parte integral de los dominios de España e incluye privilegios que se le otorgaron exclusivamente a la parte española de Santo Domingo, no obstante que oficialmente Francia no había rendido su control sobre el territorio reconquistado por los dominicanos. Esta es la razón por la que Francia no consideraba a los dominicanos como súbitos suyos.

En ningún momento compromete a los dominicanos

Contrario a lo que alegaban las autoridades haitianas, quienes les querían imponer a los dominicanos un impuesto para pagar esta nueva deuda; la misma ordenanza en ningún momento menciona ni a los dominicanos ni tampoco a la parte española de la isla. Inclusive, el hecho que siempre menciona a la parte francesa es indicativo de que esta ordenanza no tenía relevancia mas allá de las fronteras española-francesa o domínico-haitiana. Además, en el Art 2 es muy específico al mencionar a los habitantes de la parte francesa, es decir a los haitianos, como los responsables para suministrar los recursos a su gobierno con los cuales se pagaría la deuda.

La apertura comercial le fue impuesta exclusivamente al occidente insular

Una vez mas se refuerza a quienes realmente le correspondía esta ordenanza con la mención explícita de la apertura de los puertos de la parte francesa, es decir los puertos de Cabo Haitiano, Gonaives, San Marcos, Puerto Príncipe, Jeremías, Los Cayos y Yáquimo; no los de Santo Domingo, Puerto Plata, Montecristi, Samaná, etc. La ordenanza no solo estipulaba la apertura de los puertos de la parte francesa de la isla al comercio internacional, sino que eran los únicos puertos de la isla que estaban obligados a reducir a la mitad los aranceles que se les cobrara a las embarcaciones francesas.

Fue un acuerdo entre los amos franceses y sus esclavos

Queda demostrado sin ninguna matiz de confusión que el propósito de esta deuda no era solo para reconocer la independencia de Haití, sino para indemnizar a los colonos franceses que abandonaron la isla en consecuencia de los disturbios y la guerra de exterminio que se llevó acabo en Haití desde 1791 hasta 1804. Todo esto se resume en un solo hecho: los esclavos franceses compraron su libertad pagando a sus amos el valor de las propiedades usurpadas, incluyendo el valor de los esclavos mismos.

Por naturaleza, este acuerdo no tenía relevancia para los dominicanos por el hecho de que los dominicanos nunca fueron esclavos de los franceses, primero porque la inmensa mayoría de la población dominicana no era esclava, incluyendo a la mayoría de la población de color pues eran hombres y mujeres mayormente libres; y, la minoría que si fue esclava lo fue de algunos españoles, no de los franceses.

Traducción de la ordenanza

ORDENANZA DEL REY DE FRANCIA
París, 17 de abril de 1825

CARLOS, por la gracia de Dios, Rey de Francia y de Navarra, a todos ustedes presentes aquí, saludos. Por los artículos 14 a 73 de la Carta Magna, que busca proveer recompensas por los intereses comerciales franceses, los malestares de los antiguos colonos de Santo Domingo, y el estado precario de los habitantes de esa isla; les ordeno lo siguiente:

ART 1. Los puertos de la parte francesa de Santo Domingo serán abiertos al comercio de todas las naciones; el derecho que se impone a la entrada como a la salida de los puertos serán uniformes para todos los pabellones, exceptuando al pabellón francés, en favor del derecho a que sean reducidos a la mitad.

ART 2. Los habitantes actuales de la parte francesa de Santo Domingo pagarán al fondo (general) de depósitos y envío a Francia cinco veces iguales de año en año, comenzando el treinta y uno de diciembre de 1825, la suma de ciento cincuenta millones de francos, destinados a compensar los antiguos colonos que demandaron una indemnización.

ART 3. Concedemos, en las condiciones siguientes, por la presente ordenanza, a los habitantes de la parte francesa de Santo Domingo, la independencia plena y entera de su gobierno.

Esta será la presente ordenanza sellada con el gran sello.

Dado en París, en el palacio de Tuileries, el 17 de abril del año de gracia 1825, en nuestro reino primero.
(Firmado) Carlos

Por el Rey:

La Francia junta, ministro, secretaria de Estado al departamento de la marina en las colonias,
(Firmado) Conde de Chabrac

Vio el sello: -El Gran Sello, ministro, secretaria de Estado del departamento de la Justicia,
(Firmado) Conde de Peyronnet

Visa: – El Presidente del Consejo de los Ministerios,
(Firmado) JH. de Villeile

La ordenanza original

Las consecuencias de la herencia epigenética en los dominicanos

En los ultimos años, los científicos han tenido que retractarse con respecto a un hallazgo nuevo que se ha detectado en la genoma del ser humano que anteriormente se pensaba no podía ser cierto. Nos referimos a la herencia epigenética de los traumas sufridos por nuestros ancestros.

Al final presentamos un documental reciente donde detallan con lujos de detalles la herencia epigenética y cómo los eventos traumáticos sufridos por generaciones anteriores son heredados como una memoria genética en las generaciones posteriores e impacta la conducta de los mismos.

El mito que cada generación nace como una página en blanco

Este hallazgo rompe uno de los mitos que ciertos grupos han difundido en la sociedad, la creencia que cada ser humano nace como una página en blanco y que los eventos históricos de sus ancestros no tienen ningún impacto en la conducta, excepto cuando se les enseña de los mismos. Es decir, que el dominicano no tiene gravado en su ADN, no nace con conductas que hayan sido producto de la vida de sus antepasados, sino que la conducta del dominicano es producto de lo que se le enseña en su vida.

La herencia epigenética

El hallazgo científico que rompe con ese mito es la herencia epigenética. Ahora los científicos se han dado cuenta que los eventos traumáticos que han vivido generaciones pasadas marcan la genoma de esas generaciones de una forma tal, que en efecto se produce una memoria genética de ese evento. Es decir, a partir de la generación que vive un evento traumático, toda su descendencia hereda por sus genes ciertos cambios que modifican su conducta ante estímulos sensoriales que se asemejen al estímulo inicial que produjo el trauma. No solo que se hereda esa memoria por los genes, sino que los descendientes reaccionan de igual manera como reaccionaron sus ancestros ante esos estímulos sensoriales, como si las generaciones descendientes hubiesen vivido el trauma a pesar que no lo vivieron.

El mito que los comportamientos son frutos solo de la enseñanza

Estos hallazgos recientes suponen una crisis para la teoría que algunos grupos sostienen respecto a cómo se instaura el miedo en una generación. No es con la educación, sino en la genética por eventos traumáticos que literalmente marcan el alma de un pueblo para siempre.

Las implicaciones de la herencia epigenética en el pueblo dominicano

El pueblo dominicano tiene una historia extremadamente trágica. Los períodos más trágicos fueron los del siglo XIX con las luchas dominico-haitianas, esencialmente las múltiples y sangrientas invasiones haitianas, la ignominiosa Dominación Haitiana de 22 años, los 12 años de la guerra de Independencia con Haití dentro de la cual se incluyen las tres invasiones del emperador haitiano Faustin I, quien odiaba tanto a los dominicanos que su motivo por invadirnos fue tratar de exterminar a toda la población dominicana.

Todos estos eventos, y otros atropellos posteriores que cada cierto tiempo abren las heridas en los dominicanos, no fue más que un gran trauma colectivo del pueblo dominicano. Es un trauma sufrido en carne y huesos por más de dos generaciones seguidas y posteriormente heredado epigenéticamente por las generaciones futuras. Los estímulos visuales y de otras índoles que los antepasados de los dominicanos asociaron con el trauma impuesto por los haitianos, hoy en día producen en la población los mismos miedos y las mismas reacciones que tuvieron los ancestros.

Borrar la historia, especialmente una tan traumática como la de los dominicanos, no logrará que esos miedos y reacciones se eliminen. Al contrario, creará las condiciones para que se produzcan eventos que luego vamos a lamentar. La historia permite entender por qué los pueblos reaccionan como lo hacen, pero el no enseñar la historia tal y como fue no elimina esas reacciones, solo elimina la posibilidad de entenderlas.

Lo que está en la sangre no es algo que se puede borrar con simples palabras, simples acciones, simples pretensiones y mucho menos con maniobras sociales promovidas por el Estado. Las cosas hay que hacerlas ancladas en la verdad y no en simples ideas o mitos, porque con falsedades no se borra la realidad que se manifiesta en los hechos.

(Documental) El fantasma en tus genes: Epigenética y la herencia genética

A continuación les presentamos el documental El fantasma en tus genes: Epigenética y la herencia genética. Mientras absorbes la información expuesta por científicos que han estudiado este fenómeno genético, piensa en lo que esto implica para el pueblo dominicano, uno de los pueblos con uno de los pasados más traumáticos de toda la humanidad.

Si quieren entrar inmediatamente al meollo del asunto, como suele decirse popularmente, pulsen en el minuto 30:34 y comiencen a ver el documental a partir de ese momento. Ahí es cuando comienza a tocar el tema que tratamos en este artículo.

Ataques prefabricados por organizaciones no gubernamentales (ONG) contra República Dominicana

Desde hace un par de décadas, República Dominicana viene siendo azotada por una campaña de descrédito internacional. El mejor ejemplo de ello se manifestó el 1 de julio de 2015 en una rueda de prensa de la organización no gubernamental internacional Human Rights Watch (HRW) en Santo Domingo.

Mentira I: Alega que se deporta haitianos ilegales

HRW alega que el gobierno dominicano había deportado a miles de inmigrantes ilegales haitianos. Esta declaración quedó evidenciada que era una fabricación tan pronto fue emitida por el representante de la ONG el 1 de julio de 2015.

El presidente dominicano Danilo Medina, el 17 de enero de 2014 promulgó un decreto que prohibía las deportaciones de cualquier inmigrante ilegal mientras transcurre el Plan Nacional de Naturalización y Regularización de Extranjeros en Condición Irregular. A partir de ese momento, ningún extranjero ilegal fue deportado.

El plazo para la inscripción al Plan Nacional de Naturalización y Regularización de Extranjeros en Condición Irregular concluyó el 17 de junio de 2015, tras 18 meses de estar en vigencia.

El presidente dominicano Danilo Medina, el 15 de agosto de 2015 inicia las deportaciones de los extranjeros en condición irregular que no se inscribieron en el Plan Nacional de Naturalización y Regularización de Extranjeros en Condición Irregular. Además estipula que las deportaciones se deben hacer caso por caso y no masivas ni arbitrariamente.

Como queda evidenciado, no se explica que Human Rights Watch alegue que se está deportando haitianos ilegales cuando la misma Presidencia dominicana las tenía prohibidas desde hacía más de año y medio. Como si no fuera poco, Human Rights Watch le pide al gobierno dominicano que cese las deportaciones ficticias.

Mentira II: Alega que se deporta a dominicanos de ascendencia haitiana

En adición a lo que hemos aclarado respecto a las deportaciones ficticias que declara Human Rights Watch, se le agrega el hecho que dicen que además de deportar haitianos ilegales, también se deporta a dominicanos de ascendencia haitiana. Aparte de que en el tiempo que Human Rights Watch hizo la declaración no habían deportaciones de ningún tipo, es ridículo añadir que se deportaba a dominicanos también.

Mentira III: Dice que iba presentar las pruebas

El representante de Human Rights Watch prometió mostrar algunas pruebas en la rueda de prensa tras algunos periodistas preguntarles por las mismas. Al final, no mostró ninguna pruebas.

Mentira IV: Dice que las pruebas estaban en la página web

Al pedírsele que mostrara las pruebas de los alegatos fantasiosos que el representante de Human Rights Watch decía, el mismo dijo que las pruebas se encontraban en la página web de la organización. En lo que continuaba la rueda de prensa, varios periodistas dominicanos en sus celulares inteligentes y en sus computadoras portátiles revisaron la página web de la organización en busca de las pruebas. Ninguno de los periodistas que buscaron las pruebas las encontraron en ninguna parte de la página web de la organización.

Mentira V: Tergiversa las cifras y los hechos

El representante de Human Rights Watch cita las cifras contenidas en el reporte, las cuales alega fueron sacadas de las mismas cifras publicadas por el gobierno dominicano. Los periodistas, a sabiendas de las verdaderas cifras publicadas por el gobierno dominicano porque tenían el reporte oficial del gobierno en sus manos, se mostraron molestos con las cifras ficticias que citaba el representante de la organización.

Los periodistas dominicanos se indignan

Por estas mentiras tan descaradas, los periodistas dominicanos que asistieron la rueda de prensa se indignan. Muchos se retiran de la rueda de prensa antes que concluyera. Otros se le acercan al representante para que aclarara las incongruencias. En fin, como profesionales dominicanos que valorizan presentar la verdad según se pueda comprobar con pruebas, los periodistas se incomodan tanto que algunos no pudieron aguantar y comenzaron a decir las verdades.

Las partes más importantes de la rueda de prensa

La reacción del Estado dominicano

El origen del nombre Masacre del río Dajabón

El río Dajabón es la línea divisora de la zona norte de la frontera domínico-haitiana. Su nombre original es Guatapaná y es de origen taíno, mas se desconoce el significado.

Fundación de Dajabón

En 1776, el gobierno español decide fundar en la misma frontera un pueblo nuevo con varias familias españolas provenientes de las Islas Canarias. El pueblo, que desde sus inicios ha sido el paso fronterizo oficial en la frontera norte y ha sido el centro de acopio e intercambio comercial entre las partes española (dominicana) y francesa (haitiana) de la isla, fue bautizado con el nombre del río que forma su límite oeste, es decir Dajabón.

Al otro lado del río, los franceses fundaron un pueblo paralelo y le bautizaron con el nombre Ouanaminthe (Juana Méndez en español).

Dajabón para los españoles, Masacre para los franceses

Un detalle interesante que suele surgir en varios mapas de la frontera norte es el cambio del nombre del río. En los mapas de la época colonial publicados en español, el río siempre aparece con su nombrel de Dajabón. Sin embargo, los mapas publicados en francés antes de 1691 el río aparece con el nombre Daxabon, que quiere decir Dajabón en francés; pero a partir de 1691 los franceses, y posteriormente los haitianos, se refrieren al río con el nombre de Masacre.

Para entender por qué 1691 marca un antes y un después para los franceses, tenemos que conocer los eventos que tuvieron lugar en los años antes, durante y después.

La invasión francesa de 1690

En 1690, el gobernador de la parte francesa señor Pierre Paul Tarin de Cussy, invade la banda del norte de la parte española. Esa invasión se caracterizó por su violencia, el pillaje generalizado, la quema de todos los pueblos en el camino, la huida despavorida de los habitantes tanto pueblerinos como campesinos e incontables atrocidades. El 6 de junio de 1690, De Cussy y sus milicias entraron a Santiago de los Caballeros, el pueblo más importante de toda la región del Cibao, y lo sometieron al pillaje porque sus habitantes habían huido todos a tiempo dejando al pueblo totalmente abandonado mas, al terminar el robo en masa, las tropas de De Cussy lo incendiaron antes de comenzar su retirada hacia la parte francesa. Por toda la línea noroeste, desde Santiago hasta la frontera, los franceses dejaron un espectro desolador.

La retaliación española de 1691-1695

Al llegar la noticia de lo ocurrido en el Cibao a la ciudad de Santo Domingo, de inmediato el gobernador de la parte española D. Ignacio Pérez Caro, inicia los planes de retaliación. A principios de 1691, las tropas españolas incursionan al territorio francés cruzando el río de Dajabón y de inmediato inician el saqueo de todos los pueblos y las estancias en el camino. La batalla principal contra las tropas francesas tuvo lugar el 21 de enero de 1691 en la sabana real de la Limonada, a poca distancia de Guárico (en 1711 los franceses fundan en ese mismo lugar la ciudad de Cabo Francés, hoy Cabo Haitiano). La derrota de los franceses fue tan completa, que en esa batalla perdió la vida el mismo gobernador De Cussy. Posterior a la victoria en la batalla de la sabana real de la Limonada, las tropas españolas siguieron rumbo al asentamiento de Guárico, el cual fue saqueado e incendiado por completo.

La invasión de 1691 dio inicio a una serie de incursiones devastadoras que las autoridades españolas hicieron en la parte francesa, tanto por el norte como por el sur, y en alianza con los ingleses que en ese tiempo eran enemigos de Francia. La última invasión tuvo lugar en 1695.

El verdadero origen del nombre Masacre

Es precisamente por las matanzas que sufrieron los franceses en las invasiones españolas, que deciden bautizar el río Dajabón con el nombre de Masacre. Esto también explica por qué el río aparece con el nombre Masacre solo en mapas publicados en francés mas en los mapas publicados en español siempre aparece con su nombre de Dajabón.

Evidencia del nombre Masacre en el mapa fronterizo de 1776

A continuación les presentamos el mapa oficial de la línea fronteriza acordada entre el gobierno español y el gobierno francés en el tratado de Atalaya de 1776 (en 1777 ambos gobiernos firmaron el tratado de Aranjuez, donde les dan los últimos detalles a la frontera franco-española de la isla de Santo Domingo y posterior a la época colonial se convierte en la frontera dominico-haitiana).

Fíjense que el mapa en sí está en francés mas el cuadro titular en español, debido a que el mapa fue hecho por el gobierno de Francia y el gobierno de España lo aceptó sin modificación. El norte está a la izquierda y el sur a la derecha. Donde dice La Mar se refiere al océano Atlántico, más específico a la bahía de Manzanillo. Espagne significa España (actual República Dominicana) y France significa Francia (actual Haití).

Las dos primeras imágenes son acercamientos a dos zonas de la frontera norte. En la primera imagen se evidencia que sobre el río dice Massacre (Masacre en español) y en la segunda imagen en la izquierda aparece Islet du Massacre (Islote del masacre).

Las tercer y penúltima imágenes son las hojas correspondientes del mapa en su tamaño completo.

La última imagen es un dibujo de la derrota que sufrieron los españoles (dominicanos) en el ataque de Santiago durante la invasión francesa de 1690. Esta imagen aparece en la Histoire de l’ile de Saint-Domingue (Historia de la isla de Santo Domingo), de Pierre Francois Xavier de Charlevoix, publicada en 1730.

El intento de desacreditar a la República Dominicana en las cortes internacionales

Una de las estrategias que algunos grupos haitianófilos, muchas veces enmascarados en organizaciones no gubernamentales que dicen velar por los derechos humanos, es de acusar a la República Dominicana ante cortes e instituciones supranacionales en base a casos totalmente falsificados.

El caso del ciudadano haitiano Winet Jean

El ejemplo más reciente tuvo lugar el 8 de octubre de 2013 ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en Ciudad de México. Organismos No Gubernamentales que dicen ser defensores de los derechos humanos, presentaron el caso del señor que se hacía llamar William Medina Ferreras, alegando que había nacido en la República Dominicana y que el Gobierno dominicano le violentaba sus derechos humanos al deportarlo a Haití y negarle la nacionalidad dominicana.

Todo fue un fraude, táctica que en muchas ocasiones anteriores les había funcionado para condenar a la República Dominicana y forzar a que el país entregara la nacionalidad dominicana a ciudadanos haitianos.

Incongruencias en el caso del ciudadano haitiano Winet Jean

  • El señor que se hacía llamar William Medina Ferreras en realidad se llama Winet Jean, según constataron dominicanos que le conocen.
  • A pesar que el señor Winet Jean alegaba que nació en República Dominicana, los dominicanos que le conocen dicen que no solo nació en Haití, sino que vive en el pueblo haitiano de Anse-a-Pitre, el cual colinda en la frontera dominico-haitiana con el pueblo dominicano de Pedernales.
  • El señor Winet Jean alegaba que era hijo biológico del difunto señor Abelardo Medina, sin embargo los seis hijos biológicos del señor Abelardo Medina negaron que Winet es su hermano.
  • Cuando los jueces de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos les piden a que el señor Winet Jean dijera los nombres de sus supuestos hermanos, los hijos biológicos del señor Abelardo Medina, no pudo nombrarlos a todos e incluso menciona nombres absurdos, como el tal ‘Chocolate’ o el tal ‘Cocoa’.
  • Carlos Manuel Medina Ferreras, Mario Medina Cuello, Oscar Medina Cuello, Argentina Medina Ferreras, Luís Medina Ferreras y Javier Medina Ferreras. Todos ellos declararon, mediante un acto notarial, que son los únicos hijos biológicos del señor Abelardo Medina.
  • El señor Winet Jean alegaba que el Gobierno dominicano le negaba la nacionalidad dominicana y que no es haitiano. El señor Winet Jean no pudo responder cuando unos periodistas dominicanos le preguntaron cómo pudo viajar a México si es imposible adquirir un pasaporte cuando no se tiene una nacionalidad.
  • El dominio del idioma español del señor Winet Jean es muy pobre, incluso si se compara con el español de los dominicanos menos instruidos.
  • Los rasgos del señor Winet Jean no se parecen al de las personas dominicanas que alega son familia suya de padre y madre.

Resultado final ante la Junta Central Electoral

Debido a los evidentes indicios de mala fe al acusar a la República Dominicana en base a mentiras, la usurpación de una identidad falsa y demandar derechos jurídicos que no le corresponden; el 5 de agosto de 2015, las autoridades judiciales competentes anularon el acta de nacimiento del ciudadano haitiano Winet Jean por obtenerlo sobre bases falsas; además que fue legalmente citado para que compareciera ante el tribunal correspondiente en marzo de 2015 y no lo hizo.

Propósito detrás de estas maquinaciones

Una de las metas de los grupos haitianófilos es aumentar lo más que puedan, y si lo consideran necesario en bases falsas, la inyección de nacionales haitianos en el registro civil dominicano. Con ello buscan influir, en base del poder de sus votos, las políticas a lo interno de la República Dominicana para que, con el pasar del tiempo, el país apoye políticas haitianófilas aún en casos cuando las mismas van en detrimento de los intereses de los dominicanos y del bienestar de los dominicanos.

Otras de las metas es desacreditar a la República Dominicana en el plano internacional, así la opinión pública internacional pone toda su confianza en lo que dice Haití, los haitianos y los haitianófilos respecto a temas dominicanos, y especialmente temas domínico-haitianos.

Evidencia videográfica de algunas de las incongruencias del ciudadano haitiano Winet Jean

En estos videos se muestra algunos ejemplos de las mentiras emitidas por el ciudadano haitiano Winet Jean en la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, en México. Al final una captura de lo que posteriormente le sucedió a sus documentos por recibirlos en base a información falsa.

Faustino Soulouque y su deseo de exterminar a los dominicanos

En 1849 se proclama a Faustino Soulouque como emperador de Haití y se hizo llamar Faustino I. En 1859, un militar subalterno le hizo un exitoso golpe de estado, terminando a destiempo sus pretensiones de gobernar a Haití de por vida y de expandir su imperio al resto de las Antillas.

El emperador Faustino I y los dominicanos

La relación entre el emperador Faustino I y los dominicanos fue de mal a peor. Nos invadió en tres ocasiones (1849, 1853 y 1855/1856), y por poco nos invade una cuarta vez en 1859. El motivo de estas invasiones fue, en un principio, su deseo de reincorporar el territorio dominicano al yugo haitiano por la fuerza.

Sus fracasos bélicos contra los dominicanos sellan su futuro

El hecho que todas sus invasiones contra los dominicanos fracasaron, influye mucho para que sus propios militares les hicieran el golpe de estado que lo saca del poder. Una de las razones era que los militares haitianos estaban cansados de invadir a los dominicanos y siempre perder las batallas. Además, entre el pueblo llano haitiano se rechazaba las continuas invasiones a los dominicanos. La opinión pública que imperaba en Haití era la de dejar a los dominicanos tranquilos porque en cada invasión forzaban a miles de adolescentes y hombres civiles haitianos a formar parte en las campañas bélicas, esencialmente afectando negativamente las actividades económicas en Haití. También muchas madres haitianas temían lo que le podía pasar a sus hijos, hermanos y esposos en esas invasiones.

El deseo fundamental de Faustino I era el exterminio del pueblo dominicano

No obstante el deseo del pueblo haitiano e incluso de los mismos militares haitianos, el mando político haitiano no solo insistía en ponerle fin a la independencia de los dominicanos, sino incluso someter a la población dominicana por completa a un exterminio. Fue Faustino I quien dijo que en su invasión de República Dominicana ni las gallinas iban a quedar vivas, frase que le recordó a los dominicanos la invasión de Dessalines de 1805 cuando, en su intento de limpieza étnica contra los dominicanos, arrasó incluso con las bestias y las gallinas de nuestros indefensos campesinos.

El racismo contra los blancos y los mulatos de color de piel claro sostenía el odio de Faustino I hacia los dominicanos

Si bien el desprecio que Dessalines le tenía a los dominicanos se debió a que nunca aceptaron su autoridad, en el caso de Faustino I fue más por un odio de color. Faustino I odiaba el hecho que los dominicanos son de color de piel más claro que el haitiano común y corriente; inclusive en el mismo Haití hizo varias masacres contra los haitianos mestizos por tener sangre de los blancos mezclada en sus venas.

Evidencia del racismo de Faustino I en los medios de comunicación de la época

La evidencia sale a relucir en los artículos y libros que citaremos a continuación.

En Souloque and His Empire (Soulouque y su imperio), publicado en 1861, dice lo siguiente:

«…[El deseo de Faustino I era de] una guerra racial, la destrucción de todos los mulatos y la expulsión de los extranjeros al expropiar y monopolizar sus negocios en el gobierno, desde donde pudiera transferirlos a algunos de sus allegados. La destrucción completa de los dominicanos fue representada como de una necesidad impetuosa, porque ellos eran un obstáculo para establecer un gobierno de negros bajo un protectorado extranjero. Soulouque, como hemos dicho, menospreciaba esta política y se mantuvo fiel a su sentimiento de justicia, pero al final fue persuadido por la influencia maquiavélica de hombres crueles».

El 22 de febrero de 1859, el periódico neoyorkino The New York Times publicó el artículo Hayti and the Dominican Republic (Haití y la República Dominicana) donde dice:

«…El odio [que Soulouque le tenía] a los dominicanos parece que era porque ellos hablan español en vez de francés, y porque no son negros como él».

Existen muchas evidencias adicionales que demuestran las razones por el odio que Faustino I le tenía no solo a los dominicanos, sino también a la minoría haitiana que es mestiza. En más de una ocasión, Faustino I logró cometer masacres e intentos de exterminios contra los mulatos de Haití por el simple hecho que tenían sangre de los blancos mezclada en sus venas.

Los atropellos haitianos contra los dominicanos (1801 – hoy)

Haití ha sido la preocupación principal de los dominicanos por más de 200 años. He aquí un bosquejo de los acontecimientos que marcan esta preocupación, y que es el origen de la histórica enemistad dominico-haitiana.

Por motivo de espacio, cada período se describe en un párrafo.

1801
Toussaint Loverture invade con el pretexto de poner en ejecución el Tratado de Basilea, aunque realmente lo que Loverture quería era apoderarse de la isla para, en el momento adecuado, declarar la separación de Francia. El hecho que Napoleón Bonaparte se molestó mucho cuando Loverture invade la parte española sin su consentimiento es una evidencia de que Loverture no actuaba del todo a favor de Francia, no obstante la propaganda que difundió. Además cuando llega la noticia a Loverture que los pueblos españoles/dominicanos se rindieron a las tropas francesas a su llegada, en su ira manda a matar a un grupo de soldados dominicanos que había llevado con sus esposas hacia el oeste de la isla. No se debe perder de vista que por poco extermina la población capitaleña y no lo hizo cuando ya tenía la población congregada en el parque Colón solo porque comenzó una tormenta eléctrica y lo aceptó como una intervención Divina en contra del degüello que pensaba hacer. Esta invasión fue un atropello en contra de nosotros porque se impuso sin el consentimiento de la población y esto se manifiesta con la facilidad que los dominicanos aceptan el mando de los franceses. Tal como dice Arredondo y Pichardo en su relato, los dominicanos se adhirieron al mando francés con miras a que en el futuro la parte española de la isla podría reintegrarse al Reino de España. Los dominicanos sabían que si se quedaban bajo el yugo de los haitianos, su deseo de reintegrarse a España no se iba concretizar.

1805
Jean Jacques Dessalines invade por el sur y Enrique Cristóbal por el norte. En esta invasión se comete el degüello de Santiago por hacer resistencia a las tropas de Cristóbal y luego, mientras les hacía el sitio a Santo Domingo, Dessalines pensó que la embarcación francesa que vio moviéndose en el mar frente a la capital, era militar e iba rumbo hacia Haití; por ello, en su retirada de Santo Domingo, da la orden a sus subalternos para que tomaran venganza por todos los pueblos y campos en el camino. La venganza fue la tortura y asesinatos inhumanos a poblaciones inocentes enteras, talado de los campos, destrucción de los ganados y las aves de los campesinos, violaciones a las niñas y mujeres, quemaron todos los pueblos y se llevaron como prisioneros a cientos de personas, muchas de las cuales murieron en el camino por los abusos y a los sobrevivientes los sometieron a la esclavitud por cuatro años después que les degollaron los niños delante de sus propios padres. La mayoría de los prisioneros fueron asesinados después que sus cuerpos no daban más por el tratamiento feroz de la esclavitud al que fueron sometidos. Contrario a lo que piensa la gente, estos atropellos no se limitaron solo en contra de los blancos, fue un ataque en contra de los blancos por ser blancos y en contra de los mulatos y los negros que mostraban disgustos por estos abusos. Por eso el rechazo hacia los haitianos fue general en la población dominicana, sin importar el color de piel ni la clase social de las personas, con muy pocas excepciones.

1822
Jean Pierre Boyer invade cuando sus espías en la parte española les avisan que se había efectuado la separación de España a finales de 1821 y que la nueva república carecía de recursos y armas necesarios para efectuar una resistencia que valiera la pena. En varios de los pueblos fronterizos habían haitianos infiltrados que por un lado trataban de incitar a los dominicanos a que apoyaran la causa haitiana, mientras por otro lado fingían ser dominicanos para crear la idea que existía un apoyo mayor de la que realmente existía en la población dominicana. A fin de cuentas, la supuesta declaración que Boyer alega que es una invitación por parte de los dominicanos para adherir la parte española a Haití tiene indicios de fraude porque hay muchos errores ortográficos que solo una persona que habla francés y no domina del todo el español comete. Además, algunos de los supuestos firmantes dominicanos escribieron mal sus propios nombres con errores ortográficos que solo lo comete alguien que habla francés como lengua materna. Por último, tan solo fueron unas ciento y pico de firmas, lo que por nada del mundo se puede decir que representaba siquiera a una minoría significante de la población dominicana.

1822 – 1844
Durante la Dominación Haitiana, la población dominicana fue sujeta a todo tipo de privaciones y abusos por parte de la soldadesca haitiana establecida por el territorio. Uno de los abusos más despiadados por la población fue el Código Negro que Boyer impuso para incrementar la producción agrícola y las exportaciones, lo que en realidad era la reimplantación de la esclavitud al estilo francés. Para los haitianos en el oeste, el Código Negro de Boyer les recordaba a los tiempos cuando eran gobernados por sus amos los franceses y eso causó un disgusto general en los civiles de aquel lado; pero, para los dominicanos esto fue un atropello feroz porque ni siquiera la minoría que eran esclavos de los españoles habían sufrido un régimen tan fuerte como éste, dando a entender entre los dominicanos que los haitianos llegaron para esclavizarlos. A esto se le añade los demás abusos que herían los sentimientos más íntimos y sagrados de los dominicanos, como fue la prohibición de que se hablara español (cosa que no funcionó porque el dominicano común nunca aprendió hablar ni francés ni kreyol), la clausura de la UASD que era un orgullo grandísimo por ser la primera universidad de América y la clausura de las escuelas, el atropello a la iglesia Católica, entre muchas cosas adicionales.

1844
Después que se efectúa la separación de Haití en febrero, el naciente gobierno dominicano le manda varias comunicaciones escritas al gobierno de Haití que en síntesis decían que los dominicanos se han separado de la República de Haití por incompatibilidades culturales, de tradiciones, etc; pero que los dominicanos querían mantener la paz y la armonía entre los dos gobiernos y los dos pueblos. El gobierno de Haití nunca mandó una correspondencia, lo que causó mucho desagrado entre la junta gubernativa dominicana. Luego, cuando llegan los mensajeros desde la zona fronteriza para avisar que los haitianos habían comenzado una invasión militar en donde todos los pobladores dominicanos en el camino, incluyendo a las mujeres, niños y sacerdotes, eran atropellados con maltratos a su persona y a sus allegados, pillaje y quema de sus bienes, y hasta los mantenían en cautiverio sin siquiera darle comida suficiente para mantener la vida; indignó mucho a la junta gubernativa dominicana. Por ello en marzo de 1844 le declara la guerra a Haití por mar y tierra. Así comienza la guerra de la independencia, aunque para los dominicanos esta guerra era de supervivencia porque el gobierno haitiano ya estaba decidido en exterminar a la población dominicana por completa para resolver el problema que les impedía gobernar a toda la isla. Esto las autoridades dominicanas lo entendían muy bien, como bien se demuestra en las cartas oficiales del gobierno dominicano pidiendo auxilio a Francia, país que había ofrecido ayudarnos aunque nunca lo hicieron. En esas cartas dicen sin tapujos que los haitianos no se iban a tranquilizar hasta que toda la población dominicana fuese exterminada. La invasión de 1844 la ganamos sin ayuda en dinero, ni fuerzas humanas, ni apoyo político ni de ningún otro tipo por parte del mundo exterior, no obstante los gritos de auxilio que hacíamos.

1845
Se produce otra invasión militar haitiana con las mismas características que la invasión del año anterior y de nuevo ganamos.

1849
Se produce otra invasión militar haitiana con las mismas características a las anteriores y de nuevo ganamos.

1850s
En la década de 1850, cuando gobernaba el emperador Faustino I en Haití, los haitianos mandaron una delegación a una corte en Europa donde presentaron todo tipo de argumentos en contra a que se nos reconociera nuestra independencia. Ellos alegaban todo tipo de disparates incluso que éramos numéricamente inferiores a ellos, que la Constitución de 1805 dice que Haití incluía a toda la isla de Santo Domingo mas las islitas adyacentes, que el Tratado de Basilea de 1795 le había cedido la parte española a Francia y los haitianos heredaron el territorio francés, etc. Sin embargo, no mencionaron nada del hecho que en 1802 los pueblos españoles/dominicanos se unieron a las tropas francesas del general Leclerc (el mando pasa al general Ferrand tras la muerte de Leclerc) y por eso, cuando Dessalines proclama la independencia de Haití y se autodenomina como gobernador general de la isla de Santo Domingo, en la práctica no gobernaba en la parte española porque la población dominicana le rechaza su autoridad. Tampoco dice nada respecto a que el territorio español bajo mando francés fue recuperado por los dominicanos en la guerra de la Reconquista de 1809 y reincorporado al Reino de España en ese mismo año. En la Constitución de Cádiz de 1812 (la primera constitución de España), en el artículo donde describe el territorio de las Españas, ahí claramente menciona a la parte española de la isla de Santo Domingo e inclusive nos dan privilegios para tener un diputado propio en las Cortes de Cádiz a pesar que no teníamos la población suficiente para ello, un privilegio que ni siquiera las provincias españolas en la misma península ibérica tenían. Todo esto se produce a pesar que oficialmente Francia no había reconocido la reconquista dominicana del territorio español hasta que se firma el Tratado de París en 1814, cuando Francia oficialmente le devuelve la parte española de la isla de Santo Domingo a España; a pesar que en la práctica los dominicanos ya teníamos control de nuestro territorio desde 1809. Tampoco dice nada respecto al tratado firmado durante el gobierno de Jean Pierre Boyer (para nosotros la Dominación Haitiana) con Francia, donde el gobierno haitiano se compromete a pagar una indemnización millonaria a Francia y abrir sus puertos al libre intercambio comercial francés a cambio de que Francia le reconociera su independencia. El hecho que en ese tratado dice explícitamente que los habitantes de la parte francesa debían pagar el impuesto para la indemnización y los puertos de la parte francesa debían abrirse al libre comercio con Francia, indica que Francia ni ningún otra potencia en el mundo reconocía la invasión haitiana de la parte española como legítima. No solo que era una invasión totalmente ilegítima, sino que el mismo Haití no tenía reconocimiento de ningún otro gobierno. Además, que en plena época de la Dominación Haitiana, el Rey de España se comunicó con Jean Pierre Boyer pidiendo que le devolviera el territorio usurpado porque esa tierra era aún parte de España. Todo eso y mucho más les tumba el argumento a los haitianos. Desde ese entonces Haití ha estado atacando la imagen de los dominicanos.

1853
Se produce otra invasión militar haitiana con las mismas características a las anteriores y de nuevo ganamos.

1855/1856
Se produce otra invasión militar haitiana con las mismas características a las anteriores y de nuevo ganamos.

1859
Se comienza a preparar otra invasión militar haitiana con las mismas características a las anteriores, pero esta no se materializa porque el emperador Faustino I fue derrocado en un golpe de estado que le hizo un militar subalterno. Una de las razones que motivaron a los militares haitianos hacer el tumbe era que estaban cansados de invadir el territorio dominicano y siempre perder, además que muchos de los haitianos, quienes eran civiles forzados a formar parte de las milicias haitianas, les temían a los machetazos de los monteros dominicanos. Faustino I no solo quería apoderarse de nuestro territorio y exterminarnos con una matanza general, sino que tenía planes de crear un imperio haitiano que iba a expandirse a Puerto Rico, Cuba y Jamaica.

1861-1865
En esta época le pedimos al Reino de España que nos aceptara de nuevo, cosa que España aceptó. A los haitianos no les gustó para nada esta actuación de los dominicanos y de una vez emprendieron a su arma más poderosa, la propaganda. A parte que ahora había una nación poderosa que protegía a los dominicanos y los haitianos temían que la presencia de España en la isla podía poner en peligro su propia soberanía, este miedo se incrementó después que el Gobernador de Santo Domingo reaccionó fuertemente por unos robos que unos haitianos hicieron en varios hatos dominicanos en la línea fronteriza. Ellos cruzaban la frontera y se robaban las vacas para luego matarlas y vender la carne en Haití (curiosamente todavía suceden estas cosas en la frontera). El presidente haitiano Geffrard tuvo que saludar la bandera española delante de su gente en Puerto Príncipe y pagó una indemnización al gobierno español que luego fue repartida entre los hateros dominicanos que habían sufrido pérdidas en la línea fronteriza. Esto sucedió porque España mandó unos barcos de guerra y los puso en la misma bahía de Puerto Príncipe y estaban preparados para bombardear a la capital haitiana si el gobierno haitiano se rehusaba en terminar las negociaciones con el gobierno español a favor de los dominicanos. El otro hecho que asustó mucho a los haitianos fue la intención que el gobierno español había hecho pública de tomar control absoluto del territorio español de la isla según lo que estipulaba el Tratado de Aranjuez de 1777. Desde los tiempos de la Dominación Haitiana, los haitianos se habían apoderado de varios pueblos rayanos que eran nuestros como San Rafael de la Angostura, San Miguel de la Atalaya y Concepción de Hincha entre otros, y ellos se rehusaban en entregar estos y otros pueblos rayanos después que se efectúa la separación del 27 de febrero de 1844. Los españoles tenían la intención de tomar control absoluto del valle de Guaba y expulsar a todos los haitianos que se encontraban allí, cosa que Haití no quería. Inclusive, los haitianos comenzaron a destruir las pirámides que establecían donde estaba la frontera para crear confusión y, ellos pensaban, así cogerse más tierra dominicana para ellos; pero eso era inútil porque la frontera era la cordillera del Norte (para nosotros la cordillera Central, pero en Haití se llama cordillera del Norte), la cordillera de los Negros (montagnes des Noires) y después bajaba hasta cortar el lago Azuey por mitad y luego seguía el pedazo de frontera que existe aún en la sierra de Bahoruco que termina en Pedernales. Por este motivo, los haitianos comenzaron a esparcir en los pueblos rayanos el rumor que los españoles iban a someter a la población a la esclavitud, lo cual era falso, entre otros disparates que inquietaron a los dominicanos. A eso se le añade los abusos inútiles cometidos por algunos jefes españoles contra los civiles dominicanos y comienza la guerra de la Restauración.

1871
Haití vuelve a recurrir a la propaganda, esta vez con miras a disuadir la posible anexión de la República Dominicana a los Estados Unidos. En el mismo Puerto Príncipe publicaban un periódico que se regaba en la población dominicana con todo tipo de argumentos en contra de la anexión; y Haití se encargó incluso de crear la imagen internacional que los dominicanos estaban en contra de la anexión a sabiendas que la mayoría de la población dominicana estaba a favor. Todo esto fue un susto para los haitianos considerando el susto que pasaron cuando invitamos a los españoles en 1861.

1878
El congreso dominicano pone en vigencia un decreto que declara como práctica vergonzosa la costumbre de varios políticos dominicanos de recibir de Haití elementos y facilidades para mantener al país en la guerra intestina. A fin de cuentas, Haití era quien financiaba y apoyaba a muchos de los revoltosos que cada cierto tiempo hacían una revolución que desestabilizaba al país, y esto ocurrió con tanta frecuencia que en el exterior República Dominicana era sinónimo de inestabilidad política. El mismo dictador dominicano Ulises Heureaux recibía dinero de los gobiernos haitianos a cambio de su funesta política fronteriza.

1899-1916
A raíz del asesinato del dictador Ulises Heureaux el país cae en un vacío de poder que inicia otra etapa de inestabilidad política e inclusive de guerra civil. Esta calamidad se sostuvo con el apoyo financiero, político y en entrega de armas haitianos. Inclusive, las armas de fuego más comunes durante estos atropellos a la paz política y social de nuestro país era la carabina europea, un arma que los haitianos habían importado en cantidades cuantiosas a principios del siglo XX y luego aparecieron por todo lo largo y ancho de la República Dominicana e inclusive, entre los campesinos dominicanos el arma se conocía con el nombre de belga-haitiana.

1940 – hoy
Lo que se pudiera considerar como agresión haitiana en este período es más bien de carácter mediático o propagandístico, el cual ha crecido en consonancia con la decadencia militar, económica y política del gobierno haitiano. Ejemplos de esto lo hemos visto recientemente con lo rápido que actuó la cancillería haitiana para movilizar a varios países alrededor del mundo a tomar una postura en contra de la República Dominicana. Este período comienza en los años de 1940 porque es a mediados del siglo XX que Jean Price Mars, el célebre historiador y sociólogo haitiano, tacha a los dominicanos de baboristas y de racistas e ignora los atropellos haitianos a este pueblo, las diferencias culturales y origen histórico de ambos pueblos entre otras cosas que hacen de estos dos conglomerados humanos dos naciones distintas. Para Jean Price Mars, los dominicanos rechazan formar parte de Haití porque los dominicanos son racistas y se creen españoles blancos de raza pura. Como ya dije anteriormente, él ignora las diferencias de cultura, idioma e idiosincracia que han dado origen a la dualidad insular; y, además, ignora que los dominicanos legalmente eran españoles en los tiempos coloniales (y la mayoría de la población tiene ancestros españoles porque este país es en su mayoría mulata de corte hispano). En la época colonial haitiana, la mayoría de los haitianos nunca fueron franceses no solo por el hecho que en la mayoría no hubo mezcla racial con los franceses y por lo tanto no pueden alegar de ancestros franceses, sino también porque la mayoría de los haitianos eran esclavos y se liberan cuando se deshacen de los franceses y culminan con la independencia de Haití. Esa condición difiere de la situación en la parte española donde una minoría de la población blanca y de color libre tenían esclavos y una minoría de la población de color eran esclavos (ni vamos a tomar en cuenta la diferencia en el trato que se les daba a los esclavos en el Santo Domingo español comparado con los esclavos del Santo Domingo francés). Las personas libres de todos los colores eran todos legalmente españoles. Esto incluso se pone de manifiesto en la Constitución de Cádiz de 1812 donde dice que son españoles todas las personas libres nacidas y avecindadas en cualquiera de las Españas y, además, todas las personas que adquieren su libertad en cualquiera de las Españas. Por eso los dominicanos tenemos muchos personajes de nuestra época colonial que eran criollos-mulatos, o sea españoles, como el cura Juan Vásquez que escribió la quintilla famosa que dice ayer español nací, a la tarde fuí francés y por el estilo; como Antonio Sánchez Valverde que incluso pasó una temporada haciendo estudios en Madrid; como Serapio Reynoso del Orbe quien fue elegido por los santiagueros antes de la invasión de 1805 para que representara al pueblo español del departamento del Cibao ante el gobierno francés de Ferrand y defendiera a Santiago de la amenaza haitiana; entre muchos más.